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A las personas hay que leerlas entre líneas. A menudo las palabras y las poses estudiadas sirven para esconder, vestir la mentira y engañar. Los hechos, silencios o conductas invitan al conocimiento de la persona. Nunca he creído en ZP. Hasta su antropomorfia de ciervecito angelical, sonrisa infértil y engañosa, mirada de falsa humildad, le delata. En su última campaña para ganar las presidenciales, tras una entrevista con el genuflexo socialista Gabilondo, ambos no se percataron que los micrófonos permanecían abiertos. En la conversación lamentó que la derecha parecía que iba a ganar; una estrategia que siguen usando para espolear con el miedo a sus votantes. Cuando acabó la farsa, el mismo periodista le preguntó: pero cómo vamos en realidad. Él, con su risa cínica, le dijo muy bien pero «he dicho lo contrario porque hay que tensar a los nuestros». Este falsario disfrazado de salvapatrias, paladín del bien, la justicia y la verdad, trabaja de salvavidas de Sánchez con el argumento falaz del miedo a la derecha. Este mismo indigente moral es el valedor y colaborador del narcodictador Maduro. No hay peor depredador que el segador de esperanzas. Ustedes mismos.

ERC con los Rovira, Junqueras y compañía, los libertadores de Catalunya, los mismos que son socios de los pistoleros de Bildu. Defensores de la honestidad, la progresía, la verdad y la santidad utilizaron una enfermedad devastadora como es el alzhéimer, que padece el señor Maragall, para cargarse a su hermano, militante de su propio partido. De traca. Ahora, en un paripé, parodiando un vodevil casposo del antiguo teatro provinciano, dicen salvar a su nación, dándole, según ellos, el mayor avance de los últimos cuarenta años hacia su cacareada independencia. Investirán si las bases les dejan, a Illa nacionalista español y dejarán con el culete al aire a sus socios separatistas. Todo un ejemplo de traición por los cientos de cargos que seguirán en la moqueta, los privilegios y establishment de la burguesía política. La realidad afortunadamente desnuda a la mentira y aflora la verdad.

Lamentablemente, muchos inocentes se tragan el anzuelo del postureo y la farsa y les permiten con sus votos seguir en sus púlpitos sagrados siguiendo con el melifluo discurso de la progresía y justicia social. Si Jesucristo volviera, no bastarían las escobas para sacar del templo democrático a tanto fariseo. Armengol dice llevar las Illes en su corazón, pero es colaboradora imprescindible para las tropelías y humillaciones del Gobierno de España hacia esta tierra. Avala al césar Sánchez y sus ministros cuando vienen a insultar al Govern que legitimaron las urnas. En todos los partidos hay gente muy sana y también trepas. La noble tarea política es maravillosa si se ejecuta con actitud de servicio público. Por fortuna la vida nos brinda la opción de elegir.