Aunque pueda crear un cierto resquemor la contraposición que plantea el Fòrum de la Societat Civil entre ellos mismos, asociaciones que pretenden mejorar la vida de las personas, y los partidos políticos, porque tienen intereses ideológicos y electorales, por lo que pueda significar de confrontación entre la democracia representativa y la de foros y lobbys, apelan al intervencionismo público – prohibición del alquiler turístico irregular, restricción de cruceros, limitación de vehículos de alquiler… – para alcanzar el ansiado decrecimiento. Menos turistas pero mejores es el mantra que se repite como la alternativa in péctore de la masificación actual, pero no lo considera así el Fòrum que reivindica el derecho universal al ocio y la educación a través del turismo, frente a lo que supondría convertir Balears en destino exclusivo de los ricos. Un camino que conduce a los precios de Eivissa o de Mónaco, como ha puesto de manifiesto la agente inmobiliaria, Patricia Bauzá, que señala sin ambages las causas de la falta de vivienda a precios razonables: los mallorquines pretenden vender o alquilar a un extranjero porque esperan obtener más dinero. No hay inocentes.
Los millones de turistas que anualmente vienen a las Islas ejercen ese derecho al ocio. Ante la contradicción con el objetivo de menos visitantes que gasten más, se pone el acento en el modelo cuya principal lacra es la de desarrollar cualquier proyecto con fines básicamente turísticos. Por algo será. Y es lo que se quiere cambiar. ¿Quién puede estar en contra del «crecimiento ecológico, de la diversidad económica, de la calidad de vida» (Jaume Garau, portavoz del Fòrum)? El decrecimiento comportará la pérdida de puestos de trabajo pero no hay que preocuparse porque «se pueden redirigir a otros sectores». Bellas palabras. Cuestión de fe.
Se venden los casals del casco antiguo y las possessions de la part forana para hacer explotaciones turísticas; en muchos casos, los mismos edificios que se caían a pedazos. La propuesta surgida del congreso de turismo del Fòrum plantea un plan de usos de los espacios patrimoniales para que sigan vivos y no se conviertan en hoteles. Sin duda precisará explicar la letra pequeña. Porque casals y possessions tiene propietarios. Y algo tendrán que decir. Los turismocríticos se reúnen con hoteleros y tour operadores para explicar sus planteamientos. Y pueden llegar a coincidir en erradicar lo que consideran la raíz del mal, el alquiler turístico y no solo el irregular; las plazas hoteleras, sin embargo, no se tocan. En cualquier caso, mal iremos si nos quedamos con el turismo, sus efectos, como instrumento de desgaste político.
3 comentarios
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Més turisme no és igual a més qualitat de vida , sinó al contrari. Els estrangers i empreses multinacionals venen aquí a fer la tamporada contracten a gent de fora, els guanys s ' els emporten al seu país i els impostos cap a Madrit. Noltros sol posant el cu... Convé recordar com acaben les explotacions mineres quan s' els hi agiten els seus recursos. Així acabarem noltros per no saber gestionar el turisme.
Ningú vol acabar amb tot el turisme, se vol acabar amb la voràgine depredadora de territori que duplica població resident i turistes cada vint anys. Hem de tomar hotels, reduir freqüències i apostar per tots els sectors viables alternatius al turisme, software, art, esport, i+d, educació... hi ha vida més enllà del turisme per molt que alguns se posin apocaliptics. L'apocalipsi és seguir creixent i deixant que més de la meitat del negoci quedi fora mentres els residents agonitzam per arribar a final de mes
El decrecimiento turístico es ya una necesidad imperiosa. No tenemos recursos para recibir 18 millones de visitantes año tras año. Ahora son 18 mill. A futuro que planteamos 25 ?, 30 mill?. Donde está el límite?. El problema de la vivienda se deriva en gran parte del turismo y la inversión extranjera