Hace algunas semanas fui testigo de algo que me llamó poderosamente la atención; quien escribe estas líneas iba tranquilamente recorriendo los pasillos de un conocido supermercado, en la barriada de Pere Garau, cuando un grupo de jóvenes captó mi interés: hablaban en un inglés nativo, eran cuatro o cinco chicas, seguramente instaladas en un piso turístico o en un youth hostel, esos que proliferan por nuestra ciudad como si de moho se tratara. La gentrificación sobrepasa ya los límites del centro de la ciudad; los hoteles baratos del Casc Antic se han convertido en el último lustro en espacios de lujo, con precios desorbitados que estos jovenzuelos y jovenzuelas no pueden asumir.
Esa estampa en el ‘súper’ se ha repetido desde entonces, cada vez son más los turistas con edad de estudiar que campan a sus anchas por zonas como Jacint Verdaguer, Pere Garau, Arxiduc, Bons Aires... Y qué decir si le toca a uno como vecino alguno de esos hostales, donde el orden y la educación no existen, y el caos y la fiesta abundan por doquier.
Las ruidosas ‘trolleys’ invaden la periferia
Palma02/09/24 0:30
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1 comentario
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Totalmente de acuerdo. No les renta a nuestros jóvenes trabajar también, en gran parte, por las miserables nóminas que cobran. La pregunta sería ¿por qué se siguen pagando estas miserables nóminas? si nadie las aceptará, pronto se acabarían........