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El rey Sanxo fue uno de los reyes de Mallorca y estos días se ha conmemorado el 700 aniversario de su muerte, lo que han aprovechado los ayuntamientos de Palma y de Perpinyà para estrechar lazos de cooperación y fraternidad. Lógico si tenemos en cuenta que en aquella época el reino de Mallorca tenía una buena parte de territorio continental en el Rosselló, la Cerdanya, el señorío de Montpeller, la baronía de Omelàs y el Carladés y Perpinyà era la capital continental del reino. Estaría bien –ya que en los actos los discursos fueron en francés y en castellano y no en catalán, que es la lengua propia y común de ambos territorios y la que hablaba Sanxo– que Ayuntamiento y Consell hicieran pedagogía para explicar a todos los mallorquines quién era tan ilustre y desconocido antepasado nuestro y de paso para promocionar la lengua propia en el conjunto del territorio del antiguo reino de Mallorca.