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¿La muerte del periodismo? ¡Cuidado!

¡Es la muerte de la democracia!

Arcadi Espada

El mundo es un lugar mejor con periódicos», esta certeza expresada por Bieito Rubio durante una de sus charlas en la Universidad Católica de Santiago, compartida por todos sus compañeros de coloquio Cristian Zegers y Benjamín Lana y moderada por la vicerrectora Paulina Gómez, encierra el espíritu de reivindicación del periodismo escrito que triunfó en la primera mesa redonda de las jornadas Futuro en español.

¿Cómo deben ser los periódicos de hoy? Se preguntaban el director de ABC coincidiendo con el director de El Mercurio, decano de la prensa en español en una defensa apasionada del oficio que desempeñan los diarios de más prolongada vida en un contexto donde sus palabras no sonaban anticuadas reivindicaciones de un pasado glorioso, sino a la profunda convicción de que los atributos propios del periodismo ejercido a lo largo de décadas y décadas, así en España. Como en Iberoamérica, contienen valores indispensables para avanzar hacia el porvenir.

Porque de un tiempo las redacciones de los periódicos de todo el mundo han cambiado: Comunicados, notas oficiales, archivos de videos, sonidos e imágenes, declaraciones por redes sociales, entrevistas por cuestionarios, ruedas de prensa. Quieren convertir al periodista en papagayo de su propaganda, la misma propaganda que extienden por el universo tecnológico de la desinformación y de la mentira. Pretenden evitar la presencia del periodista porque la búsqueda de la verdad les molesta, mientras se construye una sociedad banal, mayoritariamente acrítica e indiferente. Por ello, hay que reivindicar el periodismo de siempre, el de la incomodidad, el de la abundancia, el de la calle, el de la ciudadanía, el de la diversidad de fuentes. Solo de esa forma se puede. Preservar el papel de la prensa, sea cual sea el soporte, para dejar de acostumbrarnos a una práctica que hacen peligrar la esencia y los principios de ese oficio duro, pero maravilloso.