Cuando a los ciudadanos se les masacra a impuestos, la mayoría acepta porque detrás de ese ‘atraco’ se levanta un estado del bienestar del que se beneficia toda la sociedad. Educación, sanidad, cuidado de ancianos, protección frente a la inseguridad, servicios del primer mundo… en fin, todos sabemos qué se financia con nuestra aportación. Pero hay rendijas por las que se cuelan los caraduras –España es seguramente el campeón mundial en esta técnica– que hacen saltar todas las alarmas. A menudo vemos en la prensa casos de personas con discapacidad que carecen de cualquier apoyo institucional y nos indignamos, porque en una sociedad desarrollada quienes nacen con desventajas son los que primero deben ser atendidos. Y, en el extremo contrario, aparecen los que se creen más listos que nadie y se aprovechan del sistema sin merecerlo. Acaban de detener en Bilbao a dos señores que han birlado ayudas públicas por valor de 300.000 euros. La cifra es tan escandalosa que hace pensar cuánto tiempo llevaban viviendo del cuento. Y preguntarse dónde está el límite a la caridad. El dinero lo obtenían de ayudas al alquiler, Renta de Garantía de Ingresos e Ingreso Mínimo Vital. Se hacían pasar por divorciados cuando seguían casados y estaban compinchados para intercambiarse el domicilio y hacer ver que no tenían dónde caerse muertos, cuando en realidad poseían dos viviendas. El típico caso de picaresca española. Pero por encima de la anécdota está la reflexión: en un país donde faltan empleados en tantos sectores, ¿durante cuánto tiempo hay que brindar dinero gratis a personas que pueden trabajar? ¿Cuál es el límite? Trescientos mil euros es lo que consume una familia de clase acomodada durante doce años.
Los listos
28/09/24 0:30
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4 comentarios
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Mete usted a más de medio país en su bolsa de basura... Tal vez debería mirar a la élite del actual gobierno y sus familias, y dejar de meterse con las banderas, que todos tienen la suya y algunos también la mancillan. (No todos, yo no soy como usted) Ah, y como ya le conozco, y adelantándome a su respuesta de siempre, Ayuso bien, le manda recuerdos.
Als estats nòrdics no pagar impostos està molt mal vist. Aquí els que van de patriotes per la vida tenen un polo amb la bandereta i els comptes a Suissa. A aquests si que els multaria, fins que fes por evadir impostos. El problema és que el ppsoevox representa aquesta gent
Sra. Amaya Voy a intentar responder, aunque sea parcialmente, a las cuestiones que usted se plantea. El 13 de diciembre de 2006 tuvo lugar una Convención en la ciudad de Nueva York, en la que se debatió salvar las distancias que separan a las personas capaces plenamente de aquellas personas con discapacidad. El dictamen de dicha convención fue el siguiente "Los Estados Partes reconocerán que las personas con discapacidad tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones con las demás en todos los aspectos de la vida". España ratificó los acuerdos que se concluyeron en la convención a través del Instrumento de Ratificación sobre las personas con discapacidad que fue publicado en el BOE núm 96, de 21 de abril de 2008. Como puede ver, nuestro país acepto, al igual que hicieron la mayoría de países, las condiciones resultantes de dicha convención. Si se fija, el texto mencionado dice lo siguiente " ..igualdad de condiciones con las demás (personas) en todos los aspectos de la vida". Y, obviamente, cubrir esa desigualdad tiene un coste económico que se paga con nuestros impuestos. ¿Donde esta el limite , dice usted? . Entiendo que deberia estar en aquel nivel de gasto que posibilite la igualdad. Veo que los impuestos también sirven para vigilar el fraude, para pagar a los inspectores, pues si no fuera por ellos esos 300 mil euros ya no serían 300 mil euros sino algunos más. Si queremos ejercer un mayor control del fraude necesitaremos más medios y, por tanto, más impuestos para financiarlos. Espero con mi intervencion, haber resuelto parte de las cuestiones que usted nos plantea. Que tenga un buen día!
Y yo me haría una segunda pregunta: En un país donde en cada legislatura aumentan y no paran de aumentar los funcionarios (y me refiero a los burócratas, no a maestros, sanitarios, policías, etc...), ¿de verdad nadie controla que estos fraudes no se produzcan? ¿O es que como el dinero público "no es de nadie", a nadie le importa? Porque si tenemos que esperar, como el caso, a que dos "listos" se beban 300.000 pavos de los que pagamos todos, para darnos cuenta, vamos sin frenos y cuesta abajo.