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Hemos visto la cara del Apocalipsis. Al lado de nuestra costa. En el vecino Levante. En Valencia. Escribo y miro al cielo. Está cada vez más oscuro, amenazante. Nos han recomendado quedarnos en casa. No salir. Y si lo hacemos, mejor no coger el coche. Hay algo que recuerda al confinamiento.
Hemos visto el Apocalipsis. Este 1 de noviembre ha estado marcado por la amenaza sutil de algo que olvidamos siempre: la vida pende de un hilo. Se ha significa más no por el festejo a los difuntos sino porque los vivos tememos el azote impredecible de lo predecible. Que se lo pregunten a nuestros vecinos de Valencia, devastados por la ración doble de ineficacia, narcisismo, desvergüenza que están montando los políticos de turno. Se lleva la palma de Elche, Carlos Mazón, el presidente de la Generalitat que fue llegar al poder y desmantelar la UME, porque consideró que este departamento de urgencias era un chiringuito innecesario. No contento, en pleno aullido de la DANA él retrasaba su llegada, desoyendo los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología que ya daba aviso y alertaba de su furia días antes, horas antes. Se le paró el reloj a Mazón o se le paró el corazón. Así fue como miles de personas salieron de sus casas, muchos de ellos a trabajar, que ¡esa es otra! El capitalismo sacando tajada de las tragedias. Sin piedad. Me pregunto si algunos de estos empresarios podrán dormir con esta catástrofe a cuestas, que arrastra en sus lodos cientos de muertos, miles de desaparecidos, y ese dolor infinito cuando has sido tocado por el Apocalipsis.

San Juan escribió el Apocalipsis como si fuera una revelación. Solo los escogidos tenían acceso a ella, ¡ya empezamos! Yo sigo mirando al cielo y cada vez lo veo más negro. Como los Stones.
En Balears, los representantes públicos han aprendido la lección y nos han alertado de esta DANA que va a sacudir Balears. Así que a dos horas de que empiece –dijeron que a las 16.00 horas del pasado viernes era la cita–, oigo a los lejos los primeros truenos, el cielo se encapota sobre la ciudad, y me voy a preparar algo para comer. En el cobijo de la casa, aguardando la llegada de la DANA, me siento como si fuera a ver una película de suspense. Me asomo al balcón. Hay quien acaba pasmado ante la televisión viendo las noticias. Produce un efecto catártico en algunas personas. ¡Si hasta los periodistas han quedado uncidos por él y se permiten el compadreo con las víctimas!

Ha salido el sol. Mallorca se ha librado, por esta vez, de la devastadora DANA. Sabemos que volverá porque hemos violentado la tierra. Nuestros vecinos de Valencia ya han armado su protesta para el 9 de noviembre. Que se prepare Mazón porque Levante ya tiene su Prestige. En Galicia le costó el puesto a Fraga. Llega el eco de la voz de Raimon, como una sirena anegada en el fondo del mar: «Al meu país, la pluja no sap ploure.» DEP todas las víctimas de este Apocalipsis humano.