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Donald Trump ha ganado las elecciones. Volverá a ser presidente de EEUU y lo hará controlando el Senado y el Congreso, un triunfo rotundo al que hay que añadir la mayoría de la que ya goza en el tribunal constitucional, lo que augura al trumpismo un mandato con un poder sin precedentes.

La victoria de Trump plantea serias preocupaciones a la UE y no sólo en relación con la guerra de Ucrania y la seguridad de nuestro continente, sino también para las economías europeas que pueden verse muy afectadas por un endurecimiento de las relaciones comerciales, pues EEUU es el principal socio comercial de la UE y su principal mercado de exportación.

También aumenta la preocupación en el ámbito científico y tecnológico. Trump se ha mostrado repetidamente escéptico ante los hallazgos y advertencias de la comunidad científica, sobre todo en temas como el medio ambiente y la salud. Una encuesta realizada por la revista Nature el mes previo a las elecciones reveló que, de los más de 2.000 participantes, un 86 % dijo que prefería que Harris llegara a la presidencia. Algunos de ellos comentaron que pensarían en cambiar de residencia si Trump era el ganador.

Recordemos que Trump es un declarado negacionista del cambio climático. Sacó a su país del Acuerdo de París, una decisión que revirtió Biden el primer día de su mandato. Ahora su rotundo triunfo le da carta blanca para echar por tierra todos los avances conseguidos durante los últimos 4 años. Prometió permitir más perforaciones de petróleo y gas, y eliminar toda agencia o norma en defensa del clima y la protección de la naturaleza. Ello podría implicar revertir las normas de eficiencia energética y otros logros de la era Biden y desmantelar la Agencia de Protección Ambiental (EPA), el organismo federal con más poder para hacer frente a la emergencia climática y ambiental. EEUU es el segundo país que más contribuye al calentamiento global, por lo que va a ser todavía más difícil cumplir con el Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 ºC.

Pero la UE suele salir reforzada de sus crisis, y la vuelta de Trump debe servir para que refuerce su autonomía estratégica, no solo en seguridad y defensa sino también en otros ámbitos como el de la ciencia y la tecnología y evitar así dependencias que ponga en riesgo su futuro. Puede ser también una oportunidad única para atraer personal investigador de EEUU a centros de la UE y fortalecer así nuestro ecosistema de ciencia e innovación.

Profundizar en el mercado único, mejorar la competitividad y la defensa, aplicar las recomendaciones de los informes Heitor, Letta y Draghi y trabajar unidos es todavía más urgente tras las elecciones en los EEUU. Solo así podremos aspirar a un liderazgo global.