Estamos ya casi en temporada turística, y las callejuelas de un barrio tan turístico como el de la Lonja están llenas de obras. Sean públicas o de particulares que reforman edificios, lo cierto es que estas obras invaden las calles, afean el paisaje urbano y molestan para pasear, por las vallas y el ruido. Podrían hacerlas en invierno, y dejar que en primavera y verano el público devuelva un poco de vida a este bonito barrio y a sus negocios de restauración.