Susan Greenfield: «La gente ya se da más cuenta de los problemas y posibles peligros de Internet»
La neurocientífica e investigadora británica Susan Greenfield departirá en el Club Ultima Hora-Valores respecto al peso de la tecnología sobre las personas con la ponencia 'El futuro de la mente, la mente del futuro'
La neurocientífica británica Susan Greenfield, en una imagen retrospectiva. | James Elsby
Es toda una referencia en su campo y su hoja de servicios sitúa a la neurocientífica británica Susan Greenfield (Chiswick, Londres, 1950) como una figura de gran prestigio a escala mundial. A través de sus investigaciones y trabajos se ha convertido en voz autorizada dentro del debate sobre los efectos de la tecnología, especialmente la irrupción de Internet, en la mente humana. Autora de libros y trabajos de gran impacto (Mind change, A day in the life of the brain...), actualmente es la directora ejecutiva de Neuro-Bio Limited, empresa privada de la Universidad de Oxford que ella misma fundó y que trabaja en pro de la investigación de las enfermedades neurodegenerativas. El jueves 8 de febrero, Susan Greenfield impartirá la ponencia ‘El futuro de la mente, la mente del futuro’, dentro de la jornada promovida por el Club Ultima Hora-Valores en la Sala Aljub de Es Baluard Museu de Palma, a partir de las 18.30 horas. Para las personas que no puedan asistir al evento, éste se retransmitirá vía streaming en la web de Ultima Hora. La conferenciante disertará sobre "El futuro de la mente, la mente del futuro". Además, el evento coorganizado con la Universitat de les Illes Balears (UIB) también contará con la ponencia del escritor y filósofo Diego Hidalgo Demeusois y con una mesa redonda final en la que, además de los ponentes, intervendrán Alejandro Gálvez-Pol, neurocientífico cognitivo, e Ignacio Bergillos, coordinador académico del Grado en Comunicación Audiovisual CESAG. Ejercerá de presentador y moderará la mesa redonda el periodista Javier Mato.
¿Por qué Internet puede tener efectos negativos sobre el ser humano cuando todo el mundo lo usa sin aparentes preocupaciones? —En Reino Unido, el Parlamento ha aprobado una ley en la que se recogen las inquietudes de muchos padres sobre Internet y el efecto hacia sus hijos. Incluso un representante de Facebook ha hablado ante el Senado de Estados Unidos sobre los mismos problemas de las redes sociales... Cada día, la gente se da más cuenta de los problemas y posibles peligros de Internet, y piden que se tomen medidas. Para los niños, el problema es más evidente porque la gente más mayor conoce mejor el mundo tridimensional y sus cinco sentidos. Los niños nacidos en los últimos 10 o 20 años tienen a las redes como su realidad. Hay que tener en cuenta los efectos que Internet y las redes sociales pueden tener sobre los jóvenes de hoy en día. Algunas cosas ya se han notado, como que los jóvenes ahora no interactúan igual con otros semejantes o pueden ser más hostiles. Existen problemas de gente que pierde la confianza en sí mismo y todo esto va a más.
¿Es adictivo Internet? ¿Podemos abandonarlo cuando lo hemos probado? —Es adictivo, sí. Pero a nivel mundial, el juego a través de Internet lo es especialmente. Pero se puede comparar con otras cosas como el alcohol, por ejemplo. Para unas personas es adictivo, pero para otras no. Si se usa con moderación, no pasa nada, pero los jóvenes tienen serios problemas de adicción a la red, y cuando los padres les castigan quitándoles el teléfono móvil o la tablet, se nota que les importa más que otros juguetes.
¿Qué efectos sociales percibe que genera la red tras un uso excesivamente prolongado? —Puedes tener 500 amigos en Internet, pero no son de verdad. Internet ha cambiado muchos conceptos, entre ellos el de amistad. Para mí, un amigo es una persona que te apoya y está ahí siempre. Y no creo que este sea el caso de los amigos de Internet. Son más audiencia que amigos. La amistad emocional y real es diferente a eso. Todo ello ha llevado a que la gente tenga un sentido de identidad más frágil y no tenga tanta sociabilidad.
Imagino que no recomienda a los padres calmar la hiperactividad de sus hijos dándoles un móvil o una tablet... —Es muy triste ver a un niño mirando un teléfono móvil o una tablet en lugar de contemplar el mundo que le rodea. Hay gente que ha tomado medidas, como los pediatras de Estados Unidos, que han fijado normas claras sobre la edad de acceso a la tecnología.
Afirma usted que la red afecta a las capacidades intelectuales de los jóvenes. ¿Cómo explica esto? —Un estudio reciente demuestra que las habilidades intelectuales de los niños se ven afectadas por Internet. Es interesante y da para reflexionar al respecto.
¿Qué les diría a los responsables educativos que remarcan la importancia de que los jóvenes dominen Internet? —Es muy fácil culpar a la gente, o si se quiere al sistema de educación puro. La tecnología puede ayudar, pero si quieres inspirar a un niño eso no va a pasar con un ordenador. Ahí, la figura de los profesores es clave. Creo que todos recordamos a un buen profesor como alguien inspirador. ¿Diría lo mismo de un ordenador?
Explíquenos por qué un joven puede verse afectado por leer un libro digital y no un libro de papel. —Recientes investigaciones tratan sobre las diferencias entre un libro de papel y uno electrónico. Y refleja que es importante algo tan sencillo como mover las páginas, al igual que la permanencia del papel como soporte. Eso tiene un gran efecto sobre la educación y en nuestras vidas y sociedad. Resulta más fácil comprender un libro en papel que uno electrónico.
Si esto es así, ¿por qué la sociedad parece no ser consciente de ello y no reaccionan las instituciones? —Lo importante es enseñar, ilustrar. Si quieres que los niños sepan los datos históricos, se puede usar un ordenador, pero también resultará diferente a la enseñanza clásica, que es más directa, presencial, más humana. Si quieres que un niño te entienda, es más fácil hacerlo con métodos tradicionales. Por ejemplo, un niño es capaz de recitar de memoria una obra, pero puede no saber qué significa lo que está diciendo. Hay que saber bien dónde queremos llegar con la enseñanza.
¿Percibe que la convivencia se ve afectada por el uso masivo de las redes sociales? —Sí, afecta, porque tendemos a que a los niños les cuesta más comunicarse con otros, son más tímidos e incluso afecta a su humor. Si estás delante de una pantalla jugando, no vas a entender o captar lo que, por ejemplo, un libro puede hacer, que es mostrar o presentar el mundo a través de los ojos de otra persona.
¿Piensa que la inteligencia artificial puede ser un problema? —Lo es, resulta un problema. La Inteligencia Artificial no es capaz de transmitir sentimientos y emociones, por mucho que nos lo intenten hacer creer. Está bien, pero los crea la tecnología y no tiene ese acento humano. Me preocupa que la gente pueda llegar a pensar que un ordenador podría actuar igual que otra persona. Esa sería una idea que podría llevar a una terrible confusión.
¿Son culpables los intereses comerciales de las grandes corporaciones o cree que es algo consustancial a la tecnología y su uso? —Hoy en día, con Internet puedes llegar a todo el mundo, en cualquier lugar o momento. Tienes una voz, una plataforma. Internet hace sentirse especial a mucha gente y, además, nadie te puede hacer daño físicamente. Es fácil sentarse ante un ordenador, hablar con y para el mundo, expresarte libremente. Todo esto nos hace sentirnos especiales, diferentes. Y eso es la clave del éxito. Hace veinte años, o menos incluso, llevábamos una vida más tranquila, ¿no es así? Ahora, resultaría difícil de imaginarla, aunque siempre habrá gente dispuesta a hacer un esfuerzo para mantenerse, al menos, ligeramente aislada de la realidad que nos rodea.
¿Percibe impactos en la convivencia familiar, de pareja, en la amistad, a consecuencia del uso masivo de Internet? —Cada minuto que estás en Internet, es un minuto perdido que puedes aprovechar para hacer otras cosas. Cuanto más tiempo pases moviéndote por las redes sociales, menos espacio de tiempo a la vez tienes para interactuar con tu gente o tu entorno. El efecto puede ser negativo porque pierdes parte de tu tiempo vital. Ya resulta normal ver a gente mirando sus tablets o teléfonos móviles incluso en los restaurantes. Antes, ir a un restaurante era una manera especial de interactuar. La gente dice que hace nuevos amigos por Internet... pero también les puede llamar por teléfono, ¿no?
¿Cree que alguien puede librarse del efecto de Internet y las redes en la sociedad actual? —La gente habla ya de no usar Internet durante una semana o un tiempo concreto. Empieza a haber cierta nostalgia por las cosas del siglo pasado incluso, porque las personas somos más escépticas. Empezamos a echar en falta algunas cosas que las tecnologías parece que podrían habernos arrebatado.
¿Cómo se explica que no haya una reacción social para intentar vivir sin todo esto? —Las redes sociales hacen tanto dinero en la actualidad que sería difícil pararlas. Mucha gente vive de ellas, de lo que generan directa o indirectamente, y no será fácil poner freno. Mire cuánto tiempo se ha tardado en que mucha gente deje de fumar, por ejemplo...