Mato inició su discurso señalando que «internet es una herramienta que beneficia a su creador, el ser humano, pero también le cambia. Lo destacable de este retroimpacto es que no es percibido: disfrutamos tanto con la conectividad que no vemos cómo nos afecta».
Apelando a la frase de Marshall MacLuhan El medio es el mensaje, el periodista señaló que «el público se vuelca en la cultura audiovisual que transporta internet, que es digital, lo que equivale a que es fácilmente copiable, multiplicable, trasladable, enviable, programable, alterable, instantáneo, omnipresente. Además, es interactivo, porque todos pueden responder, contribuir, colaborar, hacer, sumar, restar, criticar. El receptor crea, no sólo el emisor. En internet aparecen textos que omiten el contexto, incluso el lenguaje corporal. No tienen jerarquía. En Youtube, la idiotez o la genialidad están al mismo nivel».
Sin embargo, Javier Mato también destacó que «con los impactos y los efectos de internet, un chico de un país pobre está al nivel de un millonario de Estados Unidos en capacidad para acceder a la información. Las ideas radicales se expanden velozmente. Hablamos del derecho a la información, cuando hoy no es el problema: el problema es entender la información a la que estamos sometidos».
Finalmente, Mato indicó que «vivimos sumergidos en internet, al que estamos dedicando la vida, y las consecuencias son: narcicismo, ciudades con comercios cerrados y llenas de furgonetas de reparto de paquetes, saturación mediática... Hay quien duda que podamos manejar tantos datos. Podemos mencionar autores, sociólogos fundamentalmente, que ven con incertidumbre el efecto de las redes en nuestras vidas».