Firmino Tabárez, el canadiense acusado de formar parte de un grupo
dedicado al blanqueo de dinero, llegó el domingo a Palma con un
cargamento de unos 15 kilos de golosinas. Se sospecha que este
extraño equipaje que portaba el norteamericano puede camuflar algún
tipo de sustancia estupefaciente. Por este motivo la juez del
juzgado de instrucción número 10 de Palma ordenó ayer que se
analice este género para confirmar o descartar estas sospechas.
Sobre Tabárez pesaba una orden de detención dictada por el
juzgado de lo Penal número 7 de Palma, que le sentenció el año
pasado a dos años de cárcel por utilizar un pasaporte falso. El
condenado no había respondido a las citaciones de este juzgado, si
bien había viajado de Canadá a Mallorca para presentarse. Sin
embargo, fue en el aeropuerto cuando se descubrió que en sus
maletas llevaba un extraño equipaje. Hay sospechas que apuntan a
que esta persona, que fue detenida hace tres años tras ingresar mil
millones de pesetas en un banco de Calvià, forma parte de una banda
de traficantes. A los investigadores les extrañó que Tabárez
llevara 15 kilos de cucherías en sus maletas, por lo que, además de
prestar declaración ante el magistrada que reclamó su detención,
también lo hizo ayer tarde ante la juez de guardia, asistido por el
abogado Rafael Perera. El detenido ingresó en prisión.
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