El Tribunal Superior de Justicia de Balears ha confirmado la
condena de 18 años y nueve meses de cárcel al joven que mató a su
madre, arrojándola por un precipicio en el monasterio de Cura. Se
trata de Juan Cerdá Puigserver, a quien el jurado, el pasado mes de
octubre, declaró culpable del asesinato de Francisca Puigserver
Rosselló. Los hechos que declaró probados el jurado popular
ocurrieron en agosto de 1998.
El acusado y su madre residían en la localidad de Llucmajor. El
joven estaba atravesando un mal momento e intentó convencer a su
madre para hipotecar su vivienda, no mostrándose dispuesta la
mujer. En la noche del día 15 de agosto madre e hijo se dirigieron,
cada uno con una motocicleta, hasta una zona conocida como el
mirador «Morro d'en Moll», cerca del monasterio de Cura. Según
afirmó el jurado, el hijo empujó por sorpresa a su madre por la
espalda y cayó por el precipicio. La caída desde unos 30 metros de
altura le provocó la muerte al instante. El cadáver no fue
encontrado hasta el día siguiente. No fue el hijo quien se movilizó
en busca de su madre, sino que fueron los vecinos los que la
echaron en falta.
El acusado fue interrogado por la Guardia Civil y confesó que
había asesinado a su madre. Sin embargo, el día del juicio dijo que
había sido presionado para que realizara esta declaración. El
abogado defensor planteó siete motivos en el recurso de casación
ante el Tribunal Superior de Justicia de Balears. La sentencia ha
sido dictada por el nuevo magistrado Miquel Massot, que explica las
razones por las que rechaza cada uno de estos argumentos y
considera que la condena es ajustada.
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