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EFE-ITALIA
Al menos ocho personas murieron y otras 47 resultaron heridas en el descarrilamiento, ocurrido el sábado, de un tren de pasajeros cerca de Messina (Sicilia). El suceso se ha convertido ya en la peor catástrofe ferroviaria ocurrida en Italia en los últimos 23 años. Las autoridades italianas ya han ordenado la apertura de una investigación para determinar las causas del accidente, que se produjo a pocos kilómetros del lugar en el que en junio de 1979 una colisión entre dos trenes se saldó con 12 víctimas mortales.

Por el momento, se barajan varias hipótesis para explicar el suceso, entre las que desatacan la presencia de un obstáculo en los railes del tren, un problema de frenos o una rotura de la vía. En todo caso, el testimonio de uno de los dos conductores, que sobrevivió al accidente, podría ser vital para esclarecer este asunto, que ha puesto en tela de juicio la solidez de la red ferroviaria italiana, en vista de que la línea que unía Palermo y Messina (las dos grandes ciudades del norte de Sicilia) es de sentido único. El punto en el que se produjo el suceso, situado a 32 kilómetros de Messina, es de difícil acceso.

El accidente viene a alimentar las críticas contra el Gobierno de Silvio Berlusconi, acusado por la parlamentaria ecologista Anna Donati de privilegiar obras urbanísticas a su juicio «inútiles», como el enorme puente sobre el estrecho de Messina, en lugar de modernizar la red ferroviaria. «Si los defensores del medio ambiente no hubieran planteado problemas, la obra se habría realizado hace diez años», replicó el viceministro de Economía, Gianfranco Micciché. En total, 190 personas, entre ellas numerosos turistas extranjeros, viajaban a bordo del tren, que salió de Palermo el sábado a las 16:00 horas con destino a Messina, y estaba compuesto por una locomotora y siete coches.