Un total de 168 presos de la cárcel de Palma abandonarán durante
estas fiestas el recinto penitenciario para disfrutar del permiso
de Navidad, Fin de año y Reyes. En la actualidad la prisión de la
carretera de Sóller cuenta con una población reclusa de 1.138
presos y los 168 que podrán salir temporalmente -algunos ya han
empezado el permiso- están en situación de segundo grado. Los
internos de este grado tienen un mínimo de tres y un máximo de seis
días, y los permisos se conceden tras haber sido examinado cada
caso por la Junta de Tratamiento.
Además, en casos concretos, el preso tiene que pasar una serie
de controles estando de permiso, incluyendo en ocasiones el
someterse a análisis para confirmar, por ejemplo, que no ha tomado
sustancias estupefacientes, al tiempo que se le obliga a
presentarse ante una autoridad. Se dan casos en los que las salidas
del centro son las primeras del interno desde que ingresó en la
cárcel, mientras que en otros son la continuación de días de
permiso de los que cada persona ha disfrutado ya en otras
ocasiones.
Los presos preventivos no pueden disfrutar de este tipo de
permiso, salvo en casos excepcionales que sean autorizados por el
tribunal que incoa sus respectivos sumarios. En cualquier caso,
desde el centro penitenciario se informó ayer de que los presos que
salen por estas fiestas han sido sometidos a rigurosos exámenes
médicos, psicológicos y de comportamiento para comprobar que no son
un peligro para la sociedad.
Las propuestas de la Junta de Tratamiento deben ser ratificadas
por el juez de vigilancia penitenciaria y aún así casi cada año se
registran casos -uno o dos- en los que el preso beneficiado con un
permiso no regresa a prisión dentro del plazo establecido. A partir
de ese momento se convierten en prófugos y o bien se entregan de
forma voluntaria o bien son arrestados en las semanas
siguientes.
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