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J.F.MESTRE/F.RAMOS
El Grupo de Homicidios de la Policía de Palma confirmó ayer que el móvil del crimen de Sebastián Montserrat, el hombre de 76 años que apareció muerto el pasado día 14 en un piso de la calle Pere Llobera, fue económico. La policía ha detenido al presunto autor, un individuo de 36 años de edad, llamado Manuel R.G., que se encuentra en prisión desde el pasado domingo tras confesarle al juez que había matado a la víctima porque le había realizado una insinuación sexual y que, por este motivo, se ofuscó y le apuñaló.

El presunto criminal sólo recordaba la primera puñalada, aunque la víctima sufrió, al menos, cinco heridas penetrantes provocadas con un cuchillo, además de otros cortes cometidos con la misma arma. A pesar de que el cuchillo no alcanzó ningún órgano vital, la víctima, que fue apuñalada cuando se encontraba en la cama de su dormitorio, murió desangrada.

Según señalaron fuentes próximas al caso, el detenido, Manuel R.G. fue contratado por el jubilado para que cuidara de él. Parece ser que el hombre, que era natural de la localidad de Llucmajor, se negaba a ingresar en un centro de atención, y prefería que alguna persona le cuidara en su domicilio. Sebastián no tenía hermanos ni sobrinos y su únicos familiares eran unos primos de Llucmajor.

El hombre, según confesó el detenido, llegó a un acuerdo con Manuel R.G. de que él se encargaría de sus cuidados y el hombre, a cambio, le nombraría su heredero. Sebastián Montserrat tenía una buena posición económica y además era propietario de varias fincas en Llucmajor. El pasado domingo el detenido declaró ante el juez que él desconocía que la víctima era homosexual y que se enteró cuando vio desfilar por el piso de la calle Pere Llobera a varios hombres que acudían a mantener relaciones sexuales con la víctima.