El presunto criminal sólo recordaba la primera puñalada, aunque
la víctima sufrió, al menos, cinco heridas penetrantes provocadas
con un cuchillo, además de otros cortes cometidos con la misma
arma. A pesar de que el cuchillo no alcanzó ningún órgano vital, la
víctima, que fue apuñalada cuando se encontraba en la cama de su
dormitorio, murió desangrada.
Según señalaron fuentes próximas al caso, el detenido, Manuel
R.G. fue contratado por el jubilado para que cuidara de él. Parece
ser que el hombre, que era natural de la localidad de Llucmajor, se
negaba a ingresar en un centro de atención, y prefería que alguna
persona le cuidara en su domicilio. Sebastián no tenía hermanos ni
sobrinos y su únicos familiares eran unos primos de Llucmajor.
El hombre, según confesó el detenido, llegó a un acuerdo con
Manuel R.G. de que él se encargaría de sus cuidados y el hombre, a
cambio, le nombraría su heredero. Sebastián Montserrat tenía una
buena posición económica y además era propietario de varias fincas
en Llucmajor. El pasado domingo el detenido declaró ante el juez
que él desconocía que la víctima era homosexual y que se enteró
cuando vio desfilar por el piso de la calle Pere Llobera a varios
hombres que acudían a mantener relaciones sexuales con la
víctima.
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