Los técnicos localizaron el velocímetro del aparato.

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Dos técnicos de dos compañías de seguros, que tenían contratadas sendas pólizas con la avioneta que el jueves se estrelló en una montaña de Orient y que ocasionó la muerte de sus tres ocupantes, se desplazaron ayer al lugar de los hechos para inspeccionar la zona y los restos del aparato. De estos dos técnicos, uno de ellos era alemán y el otro inglés. Estas dos personas acudieron caminando hasta sa Mola de Son Terrassa, acompañados por un policía local de Bunyola. Los especialistas realizarán un informe técnico sobre lo ocurrido, pero las primeras conclusiones apuntan a que el accidente aéreo se debió, o bien a un fallo del piloto, o a las difíciles condiciones meteorológicas.

El aparato, un Piper Arrow Malibú, lo pilotaba Enrique Soria Miranda que iba acompañado por los hermanos Javier y Emilio García Bayona. Los tres eran empresarios de Catalunya y salieron en la mañana del jueves del aeródromo de Son Bonet en dirección a Sabadell. Los técnicos no se explican el motivo por el que el accidente se produjo en esta zona montañosa de Orient, porque no es un lugar por el que habitualmente se sobrevuela para dirigirse hacia Catalunya.

Los inspectores de seguros, entre varias conclusiones, apuntaron la posibilidad de que el piloto decidiera volver de nuevo hacia Son Bonet porque se dio cuenta del peligro que suponía volar en esas condiciones meteorológicas adversas y que por ello giró por Orient. Lo más seguro es que desconociera que allí había una montaña y cuando la divisó dio la máxima potencia al motor para sobrepasar la cumbre. Sin embargo, le faltó espacio y la nave se estrelló a unos seis metros de la cumbre.

En la zona se ha recuperado el velocímetro del aparato, que indica que volaba a una velocidad de 200 millas, que son unos 360 kilómetros por hora. Lo cierto es que el aparato se estrelló contra la pared y que acto seguido la avioneta explotó, ocasionando la muerte casi al instante de los tres ocupantes. Los técnicos localizaron restos del aparato en un radio de unos 400 metros cuadrados. Se sabe que por debajo del fusilaje de la avioneta que se encuentra en la montaña aún quedan restos humanos de las tres víctimas de esta tragedia aérea.