Manuel Losa sufrió una profunda depresión, por la que se le concedió la invalidez.

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Casi diez años ha tardado la Justicia en dictar el sobreseimiento libre y limpiar el nombre de un hombre que fue detenido por la policía de Palma en el mes de septiembre de 1993 acusado de violación y que fue confundido con otra persona. El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Palma, el un auto dictado el día 18 de noviembre, ha decidido el sobreseimiento libre para Manuel Losa, si bien esta decisión no ha impedido que la vida de este hombre le ha supuesto un cambio radical que en su día calificó de «auténtico infierno».

Manuel Losa fue confundido con un individuo que se dedicó durante varios meses a violar varias mujeres en Palma, casi siempre en la puerta del ascensor, y que en el mes de marzo del año 2001 fue condenado a una larga pena de prisión. El individuo cumple esta condena en la prisión de Palma. Sin embargo, la justicia tardó un año en averiguar que la detención de Manuel Losa había sido un error. El hombre fue arrestado por la policía en el mes de septiembre de 1993 en la puerta de su domicilio.

Una mujer le identificó a través de una fotografía que le mostró la policía. Manuel estaba «fichado» porque cuando era joven se había visto implicado en una pelea y después también provocó un accidente, en el que atropelló a cinco niños. Por este accidente tuvo que ingresar en prisión. La mujer que había sido violada tuvo dudas al observar la fotografía de Manuel. Aún así, la policía acudió a su casa y le detuvo. Fue sometido a una rueda de reconocimiento y la mujer le identificó, a pesar de que el auténtico violador actuaba con la cara tapada con una gamuza, además de utilizar una navaja para amenazar a la víctima.

Después del accidente, en el que un menor quedó parapléjico, Manuel tuvo que recibir tratamiento psiquiátrico. Sin embargo, cuando la policía fue a detenerle a su casa no se le explicó el motivo de esta actuación. Fue después cuando le dijeron que se le acusaba de una violación y que la víctima le había reconocido. Tras una noche en el calabozo fue presentado al día siguiente ante el juez y quedó en libertad, aunque con cargos. El juez le preguntó si quería facilitar una muestra de su ADN para compararla con los restos que había dejado el auténtico violador y Manuel no se opuso.