El juez ha intervenido las propiedades inmobiliarias de Sebastián
Montserrat, el hombre de 76 años de edad que fue asesinado en su
domicilio de la calle Pere Llobera, junto a la plaza de Pere Garau,
en Palma. El cadáver de la víctima fue localizado por unos
familiares el pasado día 14 de diciembre, aunque se cree que el
crimen se produjo, al menos, una semana antes.
Esta decisión del juez se ha producido al comprobarse que el
hombre que supuestamente mató a la víctima es el heredero de sus
propiedades. Sebastián era soltero y había vivido la mayor parte de
su vida con su madre. El hombre era natural de Llucmajor y allí
heredó de su familia varias propiedades, en concreto algunas
fincas, que en estos momentos tienen un valor económico
importante.
Sebastián residió durante años en la zona de sa Guerreria, en
una vivienda antigua y en pésimas condiciones, pero esperó hasta el
último momento a que el Ajuntament de Palma le indemnizara para
derribar el edificio. Después compró el piso de la calle Pere
Llobera. La policía, a finales del pasado mes de diciembre, detuvo
al presunto agresor, Manuel R.G., de 36 años de edad, que ahora se
encuentra en prisión. Ha reconocido que fue él quien mató a la
víctima tras mantener una discusión con él derivada, precisamente,
de la herencia.
El detenido, que cuenta con antecedentes por agresión y que ha
cumplido condena por este motivo, ha afirmado que Sebastián
Montserrat le contrató para que le cuidara. El jubilado se negaba a
ingresar en un centro y prefería que alguien le cuidara a su casa.
A cambio, le prometió que le nombraría su heredero, tal como así
hizo. A pesar de que el presunto criminal se encuentra en prisión
sigue siendo el heredero del hombre fallecido y, por tanto, podría
vender las propiedades. Para evitar esta circunstancia el juez
intervino varias propiedades de la víctima. Estas órdenes del juez
han quedado anotadas en el registro de la propiedad.
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