TW
0

La redada efectuada en la tarde del jueves por la policía en la calle Joan Mestre de Palma, tal y como adelantó ayer este periódico, estuvo motivada por las quejas de la comunidad islámica, cuya mezquita se encuentra muy cerca de dos bares donde se consumen sustancias estupefacientes.

Un comisario del Cuerpo Nacional de Policía dio ayer cumplida cuenta de la operación conjunta del CNP y de la Policía Local, que se saldó con 21 sospechosos identificados y ocho detenidos. El 17 de marzo, según contó el mando policial, los responsables de la comunidad islámica se pusieron en contacto con la Jefatura de Policía y denunciaron que en la calle Joan Mestre, cerca de la calle Manacor, el «trapicheo» de drogas era continuo, sobre todo en dos bares. La mezquita se encuentra a pocos metros y algunos de los musulmanes que entraban a orar luego, a la salida, eran vistos por los vecinos en aquellos establecimientos. Por este motivo, desde la comunidad de inmigrantes se pidió una decidida intervención policial para que el vecindario no relacionara musulmanes con traficantes, y la convivencia fuera más difícil todavía.

La denuncia, sin embargo, coincidió con la guerra en Irak y los agentes, para no herir susceptibilidades, decidieron prolongar el operativo hasta el día 19 de este mes, cuando una treintena de efectivos de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación (UCRIF), la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana (UPR), la Comisaría del Distrito Centro (MIP-Centro-2) y unidades motorizadas de la Policía Local se desplazaron a la calle Joan Mestre. Los ocho detenidos, todos marroquíes o argelinos, estaban en situación ilegal en el país o portaban sustancias estupefacientes. Uno de ellos, además, está implicado en un homicidio en Las Palmas. Los agentes registraron el Bar Michel y hallaron drogas, y luego también irrumpieron en un segundo local, donde encontraron sustancias prohibidas, aunque menos. En la redada se han intervenido 1.115 euros obtenidos, supuestamente, de la venta de hachís y cocaína.