Un pañuelo con manchas de sangre y un mechón de pelo fueron
encontrados cerca de donde parece que desapareció la menor durante
la madrugada del miércoles cuando regresaba de la feria, aunque no
se sabe si tienen alguna relación con el caso. La comisión de
crisis del equipo de gobierno municipal que se formó el jueves tras
la desaparición de la joven tomó ayer esta decisión junto a la
Hermandad de la Virgen de la Fuensanta, aunque se mantuvo la misa
prevista para las ocho de la tarde, así como la procesión de la
noche, en la que no hubo música.
El alcalde, Gabriel Clavijo, explicó ayer que la Policía Local,
la Guardia Civil, Protección Civil, vecinos y familiares, en grupos
de diez personas, estaban rastreando «centímetro a centímetro» los
tres kilómetros que rodean el lugar donde el jueves encontraron sus
familiares el bolso, el teléfono móvil y los zapatos manchados de
sangre de la menor. El padre de la joven, José María Carabante ha
manifestado que desde el lugar donde fue vista por última vez hasta
su casa hay un recorrido muy corto, pero existe una zona oscura con
árboles y piensa que alguien esperaba allí a su hija. Según el
padre, la chica es abierta y muy extrovertida, y en el momento de
la desaparición, entre las 4.30 y las 5 de la madrugada, se estaba
divirtiendo con sus amigas en la feria del pueblo; después se
separaron y no se volvió a saber de ella. En el momento de la
desaparición, Sonia Caravantes Guzmán, de 17 años, llevaba un
pantalón vaquero gris y una blusa azul oscura con un broche.
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