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EFE-COÍN
El Ayuntamiento de la localidad malagueña de Coín decidió ayer suspender la feria en honor de su patrona, que comenzó el pasado viernes y concluyó anoche, mientras más de trescientas personas estaban rastreando la zona donde desapareció Sonia Carabante Guzmán, una joven de 17 años.

Un pañuelo con manchas de sangre y un mechón de pelo fueron encontrados cerca de donde parece que desapareció la menor durante la madrugada del miércoles cuando regresaba de la feria, aunque no se sabe si tienen alguna relación con el caso. La comisión de crisis del equipo de gobierno municipal que se formó el jueves tras la desaparición de la joven tomó ayer esta decisión junto a la Hermandad de la Virgen de la Fuensanta, aunque se mantuvo la misa prevista para las ocho de la tarde, así como la procesión de la noche, en la que no hubo música.

El alcalde, Gabriel Clavijo, explicó ayer que la Policía Local, la Guardia Civil, Protección Civil, vecinos y familiares, en grupos de diez personas, estaban rastreando «centímetro a centímetro» los tres kilómetros que rodean el lugar donde el jueves encontraron sus familiares el bolso, el teléfono móvil y los zapatos manchados de sangre de la menor. El padre de la joven, José María Carabante ha manifestado que desde el lugar donde fue vista por última vez hasta su casa hay un recorrido muy corto, pero existe una zona oscura con árboles y piensa que alguien esperaba allí a su hija. Según el padre, la chica es abierta y muy extrovertida, y en el momento de la desaparición, entre las 4.30 y las 5 de la madrugada, se estaba divirtiendo con sus amigas en la feria del pueblo; después se separaron y no se volvió a saber de ella. En el momento de la desaparición, Sonia Caravantes Guzmán, de 17 años, llevaba un pantalón vaquero gris y una blusa azul oscura con un broche.