Con el de ayer ya son quince los incendios intencionados que se han declarado desde julio en las inmediaciones de la calle Joan de Saridakis, en zonas de pinar.

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El pirómano de la Bonanova ha cambiado su horario y ahora trata de «jugar» con los bomberos, según se desprende de sus últimas actuaciones. En la madrugada del jueves al viernes provocó dos nuevos incendios en zonas de pinar próximas a la calle Joan de Saridakis, con lo que asciende a 15 el número de fuegos intencionados registrados en aquella zona desde el mes de julio. La Policía, pese a todo, sigue sus pasos y confía en capturarlo en breve.

A las 4.30 horas los bomberos de guardia fueron informados de un nuevo siniestro en la Bonanova, algo casi habitual durante este verano. Cuando los efectivos se desplazaron hasta la calle Papa Gregorio IX localizaron el incendio en un pinar, junto a un chalet. Empezaron a combatir el fuego con mangueras y minutos después detectaron otra columna de humo, que en un primer momento relacionaron con el fuego que estaban apagando. Muy al contrario, se trataba de un nuevo foco que había provocado el pirómano, que debía estar muy cerca y quería «jugar» con los bomberos. Al final, el siniestro calcinó unos 100 metros cuadrados de pinos y, lo más grave, puso en evidencia que el incendiario prácticamente actúa cuando quiere, golpeando sistemáticamente en una misma zona y burlando con facilidad a la Policía. Ayer también trascendió que a lo largo de esta semana el pirómano ha quemado tres coches de vecinos de la calle Joan de Saridakis.

El director del departamento de Salud Mental del Hospital Psiquiátrico de Palma, César Azpeleta, dijo ayer a Efe que «uno de los motivos que puede hacer despertar a un pirómano es la publicidad que está obteniendo otro» y señaló que este tipo de enfermos «suele repetir patrones de comportamiento». Azpeleta explicó las motivaciones y el perfil de un tipo de enfermo que podría responder a la patología de los causantes de los incendios que son investigados por la Guardia Civil en la Bonanova y Montuïri. El director del Hospital Psiquiátrico señaló que los pirómanos suelen disfrutar «en primera fila» de los incendios que provocan y que, en ocasiones, se encuentran entre los voluntarios que ayudan en las tareas de extinción.