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La Guardia Civil detuvo en la madrugada del pasado viernes a ocho «hooligans» británicos acusados de un delito de resistencia a agentes de la autoridad. El suceso ocurrió en la calle Punta Ballena, situada en la zona turística de Magalluf, en el municipio de Calvià. Según la denuncia, el grupo de turistas inició el primer altercado en un restaurante de venta de bocadillos. Allí uno de ellos insultó a la camarera. Acto seguido el grupo, en el que además de los detenidos había otras 12 personas, entró en un bar, cuya clientela es en su mayoría turistas británicos. Los jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y 25 años, iniciaron un alboroto, por lo que se solicitó la presencia de la Guardia Civil. Una patrulla del cuartel de Palmanova se desplazó al lugar de los hechos. Los agentes intentaron calmar a los «hoolingans». Sin embargo, los británicos, al ver su presencia, comenzaron a lanzarles sillas, vasos y botellas. Uno de los guardias civiles recibió un golpe en la nuca con una botella de cerveza. Quedó casi inconsciente y precisó asistencia médica. Al final, la Guardia Civil detuvo a ocho miembros del grupo. Ayer declararon ante el juez. Quedaron en libertad. Tendrán que pagar cada uno una multa de 1.200 euros por los daños causados en el local.