La playa del club militar de Illetes se encuentra totalmente
invadida por una marea de restos del naufragio del gran yate de
lujo hundido frente a Bendinat el pasado día 18.
El espectáculo de catastrófe que ofrece ahora la popular ensenada
carece de precedentes y su imagen puede asociarse más bien a la de
un astillero de desguace. Durante este fin de semana esta situación
ha causado asombro entre quienes han acudido al lugar en busca del
sol que lució durante todo el día de ayer. Puertas con sus
picaportes dorados, pedazos de casco, sofás, televisores, calzados,
fragmentos de cubierta y un sinfín de objetos y enseres personales
se encuentran esparcidos sobre toda la superficie de la playa en
espera de que se proceda a una tan necesaria como ardua labor de
limpieza.
El temporal del pasado viernes provocó que la embarcación
volcada frente a la costa, derivara hacia el islote hasta partirse
por la mitad. El embate del fuerte temporal con olas de hasta
cuatro metros destrozó literalmente el casco de la embarcación
hasta dejarlo convertido en astillas, que la fuerza del mar han
transportado en masa sobre toda la extensión de la playa.
El accidente, como informó Ultima Hora, ocurrió con el capitán y
una tripulación de tres marineros a bordo al acercarse la
embarcación a la orilla y embarrancar, lo que provocó su vuelco,
motivado por una vía de agua abierta bajo la línea de flotación.
Entonces, para evitar una marea negra y como medida de precaución,
Salvamento Marítimo ordenó el vaciado de los tanques. A partir de
este momento se iniciaron los trámites pertinentes para retirar el
yate, aún intacto, entre el armador de nacionalidad extranjera y la
aseguradora, verificando que por su posición en el interior de la
rada su casco semihundido no ofrecía peligro para la
navegación.
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