El lujoso chalet, compuesto por planta baja y dos alturas, está ubicado en la calle Tords. Foto: LLUÍS PLANAS

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El fuego se inició a las ocho y cuarto de la mañana, en el número 20 de la calle Tords de Can Picafort. Se trata de un chalet de lujo, formado por una planta baja y dos alturas, y el incendio se declaró presumiblemente en el salón o la cocina. En la casa, en esos momentos, se encontraba Sebastiana Moranta, que es la presidenta de la Asociación de Hoteleros de Can Picafort. Su madre había salido una hora antes y la mujer, que se vio atrapada por las llamas, tuvo que escapar apresuradamente, aunque por fortuna salió ilesa. En los minutos siguientes llegaron hasta el chalet dos parques de bomberos -el de Can Picafort y el de Inca-, dotaciones de la Policía Local y la Guardia Civil.

El salón de la vivienda estaba forrado con moqueta y revestido de maderas nobles, por lo que aquella estancia se convirtió en una tea. El fuego quedó controlado a la media hora de la llegada de los bomberos, pero las tareas se prolongaron hasta las diez de la mañana. El piso superior y la planta baja se libraron del fuego, que sin embargo arrasó la otra planta. Las fuentes municipales consultadas indicaron que los daños todavía no estaban valorados, pero podían superar los 200.000.000 de pesetas. A media mañana una cuadrilla de media docena de operarios comenzó a retirar los muebles y enseres devastados por el fuego. Los trabajadores colocaron a la entrada del chalet dos contenedores de obra, que fueron llenando con los restos del incendio. La fachada también se vio afectada por el humo, y algunos tramos quedaron ennegrecidos. Los bomberos y los agentes de la Benemérita han abierto sendas investigaciones para aclarar el origen del fuego, que podría haber sido un cortocircuito, aunque de momento no se ha establecido la causa exacta. El chalet siniestrado es propiedad de la familia Moranta, y uno de sus miembros, Cristófol, es el responsable del Hotel Son Bauló. Los bomberos informaron de que la estructura de la casa, en principio, no se había visto afectada por las altísimas temperaturas y añadieron que algunas de las obras de arte del salón pudieron ser rescatadas a tiempo, con ligeros daños. Otras, empero, quedaron destruidas por el fuego.