Las autoridades se hallan interrogando a Yoo Young-chul, de 33
años, que inmediatamente después de su arresto confesó responsable
de las muertes que habían sembrado el pánico en Seúl. La policía
cree que el sospechoso albergaba un profundo odio a las mujeres y a
los ricos desde que le abandonó su esposa en 2002, mientras se
hallaba en prisión por robo.
Según fuentes de la investigación, Yoo afirmó que había pensado
en matar a su ex mujer pero desechó la idea en consideración por el
hijo de 11 años de ambos.
A cambio, aseguró que optó por prostitutas y personas de los
mejores barrios de Seúl, porque atribuía su baja condición y su
mala suerte a la gente adinerada.
Yoo fue detenido el pasado jueves por asaltar a una masajista en
un hotel del sur de la capital surcoreana, pero escapó poco después
tras haber confesado 19 asesinatos.
La policía afirma que volvió a dar con él y lo capturó al día
siguiente.
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