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No fue un accidente casual. Una exhaustiva investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Palma ha permitido desenmascarar lo que, en un primer momento, se antojaba como una colisión más en la autopista de Inca. Ayer el conductor del coche estrellado ingresó en prisión acusado de intentar matar a su mujer, que iba con él en el vehículo. Los dos sufrieron heridas de gravedad y salvaron la vida milagrosamente.

El día 26 de enero, lunes, la pareja -de una treintena de añosse trasladó de Inca a Palma para realizar unos pagos relacionados con el proceso de separación en el que se hallaban inmersos. Tras efectuar esos trámites, regresaron a Inca en un Volkswagen de color blanco. La tensión iba en aumento y los dos cónyuges discutieron a viva voz. Cuando el turismo enfilaba un tramo próximo a la salida de Santa Maria, el conductor dio un volantazo y se estrelló a gran velocidad contra el pilar de un puente. El impacto fue tremendo y el coche, destrozado, rebotó y regresó al carril rápido, donde se detuvo. Los otros conductores tuvieron que frenar bruscamente para no empotrarse y los equipos de emergencia recibieron numerosas llamadas de auxilio, ya que el conductor estaba atrapado. Nada hacía sospechar lo que había pasado y las tareas de rescate duraron una hora. Los bomberos de Palma, apoyados por sanitarios y por guardias civiles, sacaron a la mujer y luego centraron sus esfuerzos en liberar al conductor, cuyas piernas habían quedado atrapadas entre los hierros.

El 'olfato' de los agentes de Tráfico fue aquí fundamental. Recelaron de cómo se había producido el accidente y el capitán contactó con la Policía Judicial para que aclararan algunas incógnitas. El herido fue evacuado en estado grave hasta Son Dureta, donde permaneció una semana ingresado, y ella fue enviada a la Clínica Juaneda. Las sospechas se confirmaron cuando la fémina estuvo en disposición de contar todo lo ocurrido. Relató que de vuelta a Inca empezaron a discutir de forma acalorada y que en un momento dado su esposo dirigió el coche contra el pilar del puente para acabar con su vida. Paradójicamente, la peor parte se la llevó el habitáculo del conductor y, por consiguiente, fue el varón el herido de mayor gravedad.

La Policía Judicial vigiló al acusado mientras duró su estancia en el hospital y el viernes, cuando recibió el alta, procedió a su detención por un delito de homicidio en grado de tentativa. Ayer, el acusado declaró en el Juzgado de Instrucción número 7, con un brazo en cabestrillo y una visible cojera. El juez, tras escuchar su relato, decidió enviarlo a prisión. Fuentes judiciales consultadas explicaron que el ministerio fiscal podría pedir una pena de diez años de cárcel para él.