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PEP MATAS-EMILIO LÓPEZ
Pedro Alba, de 40 años de edad, falleció ayer tras quemarse a lo bonzo y arrojarse, envuelto en llamas, desde el balcón de un primer piso. Los hechos ocurrieron sobre las diez menos cuarto en el número 117 de la calle Costa i Llobera de la urbanización ses Gavines, en Canyamel, término municipal de Capdepera. Un vecino alertó a la Policía Local y varias unidades se desplazaron al lugar, así como bomberos de Artá, una ambulancia medicalizada y agentes de la Guardia Civil. Los policías locales llevaron a cabo las primeras diligencias, y después el caso lo asumió la Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor.

De los primeros datos obtenidos, el fallecido, natural de Málaga, llevaba años conviviendo con otro hombre, nacido en Palma. Según los vecinos ayer tarde se escuchó una fuerte discusión. Después el compañero del fallecido salió del piso y pudo haber dicho a su novio que daba por terminada la relación. Poco más tarde, y según los primeros indicios, Pedro Alba escribió varios folios a mano en los que decía que tras la ruptura de la relación «voy a matarme de una manera horrible». Cuando los policías entraron en el piso lo encontraron todo muy revuelto y lleno de espuma de un extintor que se había rociado por el inmueble.

Parece ser que después el fallecido se roció el cuerpo con el aceite de una motosierra, se prendió fuego y se lanzó al vacío. En el piso y en el lugar donde cayó el hombre se declararon dos pequeños incendios, que fueron sofocados por los vecinos.

Un vecino relató lo ocurrido a los agentes, quedando en principio claro que se trataba de un suicidio. Cerca de la medianoche el médico forense y la juez de Manacor llegaron al lugar de los hechos, y se ordenó el levantamiento del cadáver para que fuera trasladado al Instituto Forense. Entre los vecinos había anoche consternación por lo que acababa de ocurrir.