Pedro Bonnín Fuster fue asesinado en su finca hace una semana.

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Después de una semana de exhaustiva investigación, la Policía Judicial de la Guardia Civil ha practicado la primera detención por el asesinato de Pedro Bonnín Fuster, el cocinero de Artà apaleado y apuñalado en su caseta de campo.

Desde la Comandancia de Palma el mutismo sobre el estado de las investigaciones es absoluto, pero este periódico ha podido saber de fuentes del juzgado que instruye las diligencias que la detención del sospechoso se practicó el lunes por la tarde. Se trata de un joven español, de unos 20 años, que conocía a la víctima y que reside en aquella zona. De momento no ha trascendido si está acusado de ser cómplice o de ser autor material del crimen, y está previsto que hoy continúe el interrogatorio, para entregarlo al juez mañana.

Lo cierto es que desde que se descubrió el crimen, los investigadores han tomado decenas de declaraciones a testigos, familiares, vecinos y amigos del cocinero. No obstante, no se había llevado a cabo ningún arresto, por lo que ahora los datos que proporcione el sospechoso podrían impulsar la investigación. El coche de la víctima, un Ford Fiesta de color negro matriculado en 1985, todavía no aparecido y no se descarta que el asesino lo despeñara por algún paraje montañoso de Artà. También se contempla la hipótesis de que el vehículo puede estar escondido en una garaje.

La víctima mortal, que se relacionaba con homosexuales y vivía solo en una caseta de campo, frente al cementerio de Artà, recibió una decena de puñaladas -una de ellas mortales- y otros tantos golpes en la cabeza. Murió desangrado y el examen forense puso de manifiesto que podía haber más de un implicado. Se utilizaron hasta cinco armas para dar muerte al matarife y ninguna de ellas ha aparecido, lo que evidencia que el asesino -o asesinos-

se las llevó consigo en el coche. Pedro Bonnín fue atacado en la cocina de su diminuta casa y tras una desesperada resistencia cayó muerto contra la pared. Horas después, de madrugada, fue descubierto el cadáver por un amigo marroquí, menor de edad, que frecuentaba la finca.