Los vecinos de los dos bloques de viviendas de la calle Antoni Pons
con riesgo de derrumbe serán realojados a partir de hoy en pisos
del Ajuntament de Palma. El teniente de alcalde de Urbanisme de
Cort, Javier Rodrigo de Santos, y el teniente de alcalde
d'Habitatge, José Manuel Sierra, se desplazaron ayer al mediodía a
la zona para explicar los acuerdos a los que Cort ha llegado con
los vecinos. Rodrigo de Santos anunció que los dos edificios
dañados «no se declararán en ruina y serán rehabilitados, el
Ajuntament se hará cargo de la reparación y después se verá qué es
el causante». En este sentido explicó que continúa la investigación
para aclarar los hechos.
Por su parte, Jorge Martínez, portavoz de los vecinos manifestó:
«Nos ha tranquilizado mucho la actuación del Ayuntamiento porque se
hace responsable subsidiario en caso de que haya problemas entre
las partes».
Rodrigo de Santos expuso brevemente la secuencia de los hechos.
Informó que el jueves por la tarde se recibió un aviso de que había
una fuga en una tubería de agua potable de Emaya, frente al número
17. Los trabajos de reparación concluyeron a las dos de la
madrugada ya que había tres fugas en la red. Al día siguiente hubo
una nueva rotura y se procedió a la reparación. El mismo viernes,
un vecino del número 17 apreció las grietas y llamó a los bomberos.
Dada la situación de los bloques en los números 15 y 17 se procedió
a su desalojo y a su apuntalamiento. Las cinco familias residentes
en el bloque número 17 -el más afectado- y las seis que vivían en
el número 15, la mayoría de ellas de alquiler, han pasado el fin de
semana con familiares o en un hostal.
Del sábado a día de ayer no hubo más desperfectos, también
porque la red principal de agua potable se desvió a otras por el
exterior. De Santos indicó ayer que «la prioridad era realojar a
estas personas». Ayer por la mañana acordaron que a partir de hoy
se les cederán pisos del Ajuntament.
Respecto a la investigación, Rodrigo de Santos apuntó que
básicamente va en dos direcciones. Por una parte, que la rotura de
la tubería de Emaya causara el reblandecimiento del terreno y un
corrimiento de tierras. El agua se filtró en los bajos del edificio
número 17, provocando el ligero hundimiento de éste. En el edificio
vecino del número 15 aparecieron grietas por este motivo y también
resultó afectado el número 19, pero en menor grado.
En segundo lugar, de Santos indicó que hay indicios de que las
filtraciones de agua en los bajos del número 17 podrían proceder
del mismo edificio ya que hay antecedentes de que tuvo problemas
para evacuar las aguas fecales. Este hecho habría provocado que el
terreno se humedeciera y al hundirse se habría roto la tubería de
Emaya, pero de momento son hipótesis.
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