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Jornadas de hasta 16 horas al día sin contrato de trabajo; ningún día de vacaciones; ningún día libre a la semana; ningún descanso durante la jornada laboral... Estas no son las condiciones de un joven ante su primer empleo ni de una reforma laboral revolucionaria, sino la situación que 16 empleados de la hostelería aseguran haber sufrido en Mallorca durante más de cuatro años.

Los trabajadores, todos ellos inmigrantes que carecían de permiso de residencia y trabajo en España, denunciaron hace meses al propietario y encargado de tres restaurantes situados en Palma y Marratxí, por numerosas violaciones de los derechos laborales cometidas entre 2001 y 2004.

El fiscal acusa al empresario de «aprovecharse de su situación ilegal y precaria», y de pagarles el salario de manera fraccionada, en ocasiones cada dos meses, amenazándoles con que «si no firmaban un recibí en blanco, no cobrarían».

Entre otras cosas, los denunciantes aseguran que el trato que recibían era «prepotente y humillante», con ofensas verbales del tipo «sois unos indios», «sois una raza mal hecha» o «negros».

El empresario será juzgado hoy en Vía Alemania por un delito contra los derechos de los trabajadores, por el que el fiscal solicita tres años de cárcel.