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Que Es Rafal es una barriada solidaria ha quedado sobradamente acreditado. Sus vecinos se están movilizando para ayudar a una familia nigeriana cuyo bebé murió la semana pasada. Los padres no tienen dinero para viajar a su país y enterrar al pequeño, pero a tenor de cómo está reaccionado el vecindario el obstáculo económico puede desaparecer en breve.

El alma mater de esta movilización ciudadana es Teresa Torres, una vecina de 48 años de la calle Pasaje Particular Escorca. La puerta de su casa da a la de la familia nigeriana y ella ha vivido muy de cerca el drama de Friday y Francisca, los padres del pequeño Osayuwame. El bebé tenía tres meses y estaba aparentemente sano. El miércoles pasado no se despertó de la siesta y los médicos confirmaron que había sufrido la llamada «muerte súbita». «La madre sólo habla del hijo, no puede dejar de pensar en él.

El problema es que su seguro sólo cubre la repatriación del cadáver a Nigeria, y no el billete de avión para el matrimonio y sus otros dos hijos», cuenta Teresa. En los últimos días esta mujer ha llevado a cabo una actividad frenética: ha colgado carteles y ha repartido huchas por todo es Rafal. Y la respuesta no ha podido ser más contundente. Ayer ya había recaudado más de la mitad de la cantidad que precisa la familia nigeriana y todavía falta que el jueves se abran las huchas. «Es increíble, viene gente a mi casa a traerme cinco o diez euros. No es un barrio rico y cada uno aporta lo que puede. Estoy muy contenta con la respuesta, aunque falta el empujón final», añade.

La mujer también ha pedido ayuda al Govern Balear, en concreto en la conselleria de Inmigración, y ha visitado al cura de la iglesia Virgen de Monserrat para que se celebre una misa funeral por el pequeño Osayuwame. «Todo esto no les devolverá al niño, pero les hará más llevadera la tragedia». Es Rafal está dando una lección de humanidad. Un homenaje póstumo al pequeño Osayuwame.