El joven senegalés, ayer por la mañana a su llegada a los juzgados de Inca.Foto: MARTA MEDRANO

TW
0

Tras un interrogatorio maratoniano el juez envió ayer a prisión al senegalés acusado de secuestrar y violar durante cuatro días a una adolescente en Inca.

Moustapha llegó a los juzgados de aquella localidad a las nueve y media de la mañana, esposado y tocado con una gorra militar. Agentes de la Policía Judicial y uniformados lo custodiaban y el joven, al detectar a la fotógrafa de este periódico, no hizo ningún ademán de esconderse. Estaba tranquilo, pese a que había pasado casi 72 horas en los calabozos.

A media mañana se inició su declaración, que se suspendió para que las partes del proceso pudieran almorzar. El interrogatorio se reanudó a las cinco de la tarde y se prolongó hasta pasadas las siete y media, cuando finalmente el juez decretó el ingreso en prisión del subsahariano.

Según parece, el acusado negó que la hubiera forzado a mantener relaciones sexuales durante los días que duró su cautiverio, si bien reconoció que habían estado juntos este tiempo.

La madre de la menor venezolana interpuso una denuncia por su desaparición en la Jefatura de Policía de Palma, en la calle Ruiz de Alda.

El día de Navidad la joven pudo convencer a su secuestrador para que la dejara salir del piso de la calle Escorca donde estaba retenida. Le dijo que sólo quería recoger ropa de casa de una amiga, pero aprovechó la ocasión para ponerse en contacto con su madre y contarle todo lo ocurrido. La progenitora acudió a la Policía Local y a la Guardia Civil y mientras se entrevistaba con los agentes recibió una llamada telefónica de Moustapha, que la amenazó. Los agentes le aconsejaron que siguiera la conversación, para que ellos pudieran escucharla, y luego le tendieron una trampa. La mujer, aleccionada por los funcionarios, quedó con el presunto violador en la estación del tren de Inca y cuando el inmigrante se presentó fue rodeado y reducido, antes de que pudiera reaccionar.

La víctima, por su parte, fue examinada físicamente en el hospital de Son Dureta y en la revisión ginecológica no se detectó desgarro o lesión en sus partes íntimas.