Al matrimonio formado por Macario Moyá y Margarita Juliá la suerte le ha dado la espalda esta semana y está viviendo una situación delicada ya que ha sufrido varios disgustos.
El pasado lunes, la madre de Margarita y suegra de Macario, de 96 años de edad, se encontró indispuesta. Margarita, una hermana y otros familiares la acompañaron a Urgencias de Son Llàtzer para que recibiera asistencia médica. Cuando bajaron del coche, la hermana tropezó con el bordillo, perdió el equilibrio y se cayó, con la mala suerte de que también arrastró a su madre hasta el suelo. A causa de la caída, ambas sufrieron lesiones en las piernas y precisan ayuda hasta que se recuperen.
El jueves, al igual que en días anteriores, el matrimonio Moyá-Juliá se dirigió a casa de la madre, sobre la una del mediodía, para preparar la comida y realizar algunas tareas del hogar. Unas dos horas y media después regresaron a su casa, un segundo piso ubicado en el número 11 de la calle Cala Malgrana, en la barriada palmesana de Son Cladera. Sin embargo, en este periodo de tiempo en que el matrimonio estuvo ausente, la casa se incendió y sufrió graves daños materiales.
Efectivos de los Bombers de Palma y de la Policía Local se desplazaron al domicilio y sofocaron el fuego. Cuando la pareja llegó y vio su casa incendiada quedó desolada. Ayer por la mañana, muy afectados, Margarita y Macario empezaron a limpiar el piso donde hace más de 30 años que viven. Vecinos del matrimonio afectado explicaron que Margarita y Macario «son de los primeros que llegaron al barrio y llevan aquí toda vida».
El fuego destrozó la mitad de la vivienda, que consta de un pequeño recibidor, salón, cocina, baño y tres habitaciones. Al parecer, el incendio se inició en la terraza y se propagó al salón y parte del resto de la casa.
Armario
Macario apuntó ayer que fuego pudo iniciarse al arder un pequeño armario de plástico que había comprado para montar en la terraza, ya que en el punto donde comenzó no hay ningún enchufe ni conexión, tanto por dentro como por fuera de la casa.
«Había comprado un pequeño armario de plástico para guardar cosas en la terraza, abrí la caja por la parte de arriba para ver si era del color que decía, porque a veces no coincide, lo dejé fuera apoyado en la pared y más tarde tenía pensado montarlo», explicó el hombre. «Como no hay enchufes o cables, lo único que se me ocurre es que alguien tirara una colilla desde un piso superior (hay seis), cayó en nuestra terraza y entró en la caja del armario o cayó al lado y se produjo el incendio», agregó Macario, quien señaló: «He mirado en las macetas que tenemos en la terraza y en algunas he encontrado colillas que se ve que habían tirado antes desde arriba».
En este sentido, Macario y Margarita indicaron: «Hemos tenido mala suerte porque si hubiésemos estado aquí creo que nos habríamos dado cuenta en seguida del incendio, hubiésemos visto el humo en la terraza y lo hubiéramos apagado rápidamente».
La mitad de la casa quedó destrozada por el fuego y el humo. «Hay dos habitaciones y la cocina que apenas tienen daños porque la puerta estaba cerrada y el fuego no entró», indicó Macario.
En una de estas habitaciones hay electrodomésticos y enseres de «un hijo nuestro que ahora se tiene que casar, menos mal que no les ha pasado nada», destaca Margarita, quien, muy abatida, afirma: «Hace 36 años que vivimos en esta casa y es todo lo que tenemos, no tenemos otro remedio que intentar recuperarnos lo antes posible».
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