El sargento José Javier Lacasa Cebolledo, de 34 años, mató ayer con una pistola no reglamentaria en Alovera (Guadalajara) a su ex-mujer, Sylvina Jannette Bassari, y al compañero sentimental de ésta, también militar, y después se quitó la vida en presencia del hijo del matrimonio, de cuatro años.
Los hechos ocurrieron a las 06:45 horas en un chalé situado en el número 1 de la calle Manuel de Falla de Alovera, donde la mujer, de nacionalidad argentina y que había denunciado a su marido por malos tratos en dos ocasiones, tenía previsto establecerse definitivamente con su actual pareja después de residir con su marido en la localidad madrileña de Ajalvir.
Así, a esa hora, el sargento del Ejército de Tierra se presentó en la vivienda, donde tras abrirle la puerta el compañero sentimental de la mujer, el teniente Andrés Marzal, de 38 años, le disparó dos veces para, seguidamente, ir en busca de la mujer, a la que encontró en la cocina y a quien le pegó tres tiros.
Antes de quitarse la vida llamó al teléfono de emergencias 112 para comunicar que en esa vivienda había dos cadáveres y que pronto iba a haber tres.
Una vecina que vive enfrente dijo que escuchó unos golpes como de martillo y luego unos disparos y que le extrañó oír llorar al niño, porque siempre era atendido por su madre.
La víctima, que estaba en trámites de separación y que trabajaba en Torrejón de Ardoz (Madrid), había denunciado a su marido en dos ocasiones, en 2003 y en 2006, en el cuartel de la Guardia Civil de Daganzo, por lo que tenía tres medidas cautelares vigentes dictadas por el juzgado de instrucción número 1 de Torrejón de Ardoz, que actuó de guardia.
Según el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid, el 2 de septiembre de 2006 el citado juzgado dictó una orden de alejamiento para que el presunto agresor no se acercara a su ex-mujer a menos de 500 metros y le prohibió comunicarse con ella y su hijo, aunque la incumplió en mayo de 2007, por lo que fue detenido y luego puesto en libertad.
Además, en la misma fecha de septiembre de 2006, el juez del número 1 de Torrejón dictó una medida cautelar para que José Javier entregara la escopeta de aire comprimido que tenía en su poder, así como otras armas que pudiera tener. El caso lo sigue ahora el juzgado número 5 de Torrejón, encargado de los casos de Violencia de Género.
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