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Juan Francisco Pujadas es el dueño de la tienda B-25, situada en la Costa d'en Brossa de Palma, que el pasado viernes fue detenido por la policía acusado de un delito de tráfico ilícito de armas, junto a otras tres personas. Pujadas, de 59 años de edad, y que regenta la tienda desde hace 35 años, fue puesto a disposición judicial el lunes y quedó en libertad con cargos.

Según la policía, Pujadas era, al parecer, «la persona que almacenaba y ordenaba la puesta en funcionamiento de armas inutilizadas y podría estar dedicándose a traficar con armas y municiones en el interior de su local».

Los otros detenidos son dos compradores, que también quedaron libres tras declarar ante el juez y un tornero amigo de Pujadas, que fue puesto en libertad con cargos tras ser interrogado por los agentes.

Pujadas abrió de nuevo ayer su tienda de efectos de coleccionismo militar y ofreció su versión sobre los hechos, negando en todo momento que se dedique al tráfico de armas y que haya vendido alguna vez un arma que se pueda usar.

«Yo vendo armas inutilizadas y antiguas, las compro por internet, en subastas, a gente que viene aquí y me las ofrece y demás, pero no trafico con armas, es falso. Soy un apasionado de las armas, de la historia militar y todo lo que envuelve el tema militar, en mi tienda las armas son un cinco por ciento del género, hay de todo, cascos, trajes, libros, maquetas, las armas son una pequeña parte y las que vendo están inutilizadas», explicó Pujadas.

El dueño de la tienda indicó que del centenar de armas intervenidas por la policía hay unas 70 que estaban a la venta y unas 30 que forman parte de su colección particular. De estas últimas hay una decena que sí que pueden utilizarse para disparar. No obstante, Pujadas concreta: «Yo vivo aquí al lado, estoy casado desde hace 37 años y tengo dos hijos, de 36 y 22 años, tengo un apartamento en Portocolom, y voy allí cuando tengo libre, no me dedico a ninguna actividad rara, aquí todo el mundo me conoce. Tengo todas las licencias menos la de arma corta y es cierto que algunas armas intervenidas no las podía tener, pero son de mi colección particular, son mi pasión y para un coleccionista tener armas que no funcionen es como si alguien que guarda sellos tiene algunos muy valiosos cortados por la mitad».

Pujadas afirma que entiende que la policía «requise estas armas porque tiene que hacer su trabajo, pero creo que es un montaje lo que han hecho, aquí vienen policías y guardias civiles y me conocen, saben lo que hay y entrar aquí como entraron y después exponer las armas para hacerse la foto como lo han hecho creo que es excesivo». Al respecto, el dueño de la tienda matizó: «También me cabrea que salga alguien como el delegado del Gobierno, que es un señor que representa algo, y diga los disparates que dijo sobre este montaje, o era por interés o para hacerse la foto o no lo entiendo».