Documentación y material intervenido por los agentes a los sospechosos. Foto: CNP

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TOMÀS LLINÀS-GUILLEM PICÓ

En las últimas fechas, la policía había detectado un aumento de bodas entre ciudadanos nigerianos y mujeres holandesas. Este hecho despertó la atención de los agentes y por ello se inició una investigación al respecto. Tras diversas gestiones, se ha descubierto una trama de matrimonios fraudulentos, que se organizaban a cambio de 9.000 euros, y han sido detenidas 15 personas implicadas.

La investigación ha sido realizada por efectivos de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación (UCRIF), del Cuerpo Nacional de Policía de Palma (CNP), se inició hace varias semanas. Las bodas eran tanto civiles como eclesiásticas y a pesar de que la mayoría son entre nigerianos y holandesas, también hay algún implicado de otra nacionalidad. Además, muchos de los contrayentes se desplazaban desde diversos puntos de la Península, como Sevilla, Catalunya, Madrid o la zona del Levante.

Los hombres y mujeres que iban a contraer el matrimonio fraudulento, también denominado «blanco», estudiaban y memorizaban la información necesaria para superar la entrevista que iban a realizar antes de la boda para demostrar que su relación era real.

La finalidad de estas bodas no era otra que permitir al ciudadano que se encuentra en situación irregular, obtener su permiso de residencia, según informó ayer la Policía.

Tras las investigaciones, los agentes llevaron a cabo los arrestos el pasado día 16. En el Registro Civil de la localidad de Algaida se detectó a un gran número de personas, muchas de las cuales iban a contraer matrimonios fraudulentos.

Finalmente se procedió a la detención de 15 personas, 5 de ellas como presuntos autores de un delito de falsificación de documentos y estancia ilegal, y otros 10 por estancia ilegal. De estos 15, 13 eran nigerianos y dos de nacionalidad holandesa. Con este operativo también se evitaron dos bodas «blancas».

A raíz de la investigación, se ha constatado que muchos de los cónyuges también hacían de testigos en otras bodas, y utilizan el empadronamiento falso en las viviendas de otros de los implicados que ya habían regularizado su situación en España mediante esta práctica ilegal y residen en territorio nacional.