La moto se accidentó entre Magaluf y Palmanova y el piloto sufrió heridas muy graves.

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JAVIER JIMÉNEZ-HUMPREY CARTER

El accidente náutico ocurrió el pasado domingo entre Magaluf y Palmanova, cuando Patrick M., de mediana edad, pilotaba su moto acuática a una velocidad considerable.

En un primer momento se especuló con que la víctima había colisionado contra una jet sky, otra embarcación similar a las motos acuáticas y que alcanza velocidades de vértigo. Al final, esta versión se desmintió y parece ser que el inglés se accidentó solo, cuando salió despedido. «Aunque te estrelles contra el agua, si es a gran velocidad es como si chocaras contra una pared», explicó ayer un portavoz de la Comandancia palmesana.

El piloto, en efecto, sufrió lesiones muy severas y quedó ingresado en la clínica Juaneda en estado muy grave. Entró en estado de coma y ayer experimentó una notable mejoría. Las fuentes consultadas indicaron que estaba recuperando la movilidad lentamente y que los médicos todavía estaban calibrando el alcance de sus lesiones.

Las fuerzas de seguridad han confeccionado un atestado sobre lo ocurrido, ya que se podrían solicitar indemnizaciones derivadas del accidente. Desde la Guardia Civil se informó ayer que en las primeras semanas de verano se ha incrementado el número de quejas y denuncias de bañistas y otros usuarios de las playas que se ven amenazados por la presencia de motos acuáticas, jet sky, lanchas y tablas de surf cerca de la arena. La mayoría de las playas tienen zonas delimitadas para unos y otros, pero estos perímetros pocas veces se respetan. Hace unos días una «salchicha» o tubo neumático que llevaba encima a media docena de jóvenes estuvo a punto de ser arrollada por una moto acuática en la costa mallorquina y el encargado del negocio se quejó a la Policía Local que no era la primera vez que le pasaba este año.

«La mayoría de personas que acuden a la playa llevan encima un teléfono móvil y esa circunstancia facilite que lleguen tantas denuncias de bañistas», apuntó un responsable municipal de la seguridad en las playas.

Las multas para los pilotos de motos, surfistas y tripulantes que se introducen peligrosamente en zonas prohibidas son muy duras, pero no siempre son fáciles de cobrar.