Los ladrones acudieron primero a una pastelería y trataron de acceder al interior forzando una puerta, aunque no lo lograron. Días después el objetivo fue un bar situado en la misma plaza de Espanya. La encargada explicó que el establecimiento cierra a las dos de la madrugada y abre a las seis y media de la mañana, por lo que el robo se tuvo que producir en ese intervalo de tiempo.
Los delincuentes fueron por el tejado hasta la parte trasera, ya que había varias tejas rotas por las pisadas. Una vez en la parte trasera, rompieron una verja de seguridad y accedieron al interior del local. Mientras estaban dentro comieron y bebieron. También forzaron la caja registradora y las máquinas tragaperras. Causaron diversos daños y dejaron todo el establecimiento revuelto y el suelo lleno de efectos.
Policía
Por la mañana, cuando la encargada fue a abrir el establecimiento, se encontró la puerta abierta y vio desde el exterior que dentro estaba todo revuelto. Ante el temor de que los ladrones pudiesen estar dentro en esos momentos, la mujer llamó a la Policía Local de la localidad y una patrulla se personó en el local en breve.
Los agentes tomaron precauciones e inspeccionaron el establecimiento aunque no había nadie dentro. Después la perjudicada empezó a evaluar los daños, calcular el dinero que habían sustraído de la caja, el bote y las máquinas tragaperras, y a arreglar los desperfectos para poder abrir al público. La mujer interpuso la pertinente denuncia después ante la Guardia Civil.
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