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La temporada de ciclistas en Mallorca no puede haber empezado de forma más trágica. En los últimos días han fallecido dos deportistas en accidentes de tráfico en Muro y Llucmajor, y otros dos han resultados heridos en Puigpunyent.

El siniestro mortal de ayer tuvo lugar sobre las dos de la tarde frente al Hotel Hilton, en el camí de sa Torre, en Llucmajor. Un grupo de ciclistas suecos circulaba por una carretera secundaria y tomó una curva cerrada. Arm Larsson, de 69 años, se abrió demasiado e invadió el carril contrario, por donde circulaba una furgoneta de reparto.

El sexagenario, que llevaba puesto el casco, chocó contra el vehículo y después salió despedido y se golpeó la cabeza contra el asfalto. Sus compañeros y otros particulares pidieron ayuda desde sus teléfonos móviles y los primeros en llegar fueron agentes municipales, que ya lo encontraron en parada cardiorespiratoria. Los funcionarios le intentaron recuperar con técnicas de reanimación, pero Arm Larsson no reaccionaba.

Poco después llegaron los sanitarios de una ambulancia, que sólo pudieron confirmar el fallecimiento del ciclista. Los compañeros del sueco, que se alojaba en el hotel Ánfora de Cala Estància, quedaron conmocionados por las consecuencias fatales del accidente. El conductor de la furgoneta, que no pudo hacer nada para evitar el impacto, también se encontraba muy impactado.


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Racha negra

Hace poco más de una semana, un ciclista de 63 años falleció arrollado por un coche en la carretera de Muro a Can Picafort.

La víctima tenía 63 años y circulaba junto a su esposa, en el camí de s'Amarador. Un Peugeot 206 que iba en sentido a Can Picafort colisionó frontalmente con él, a pesar de que el conductor intentó frenar. La mujer sufrió un ataque de nervios y los médicos no pudieron hacer nada por el ciclista.

Esta semana se han registrado otros dos accidentes con ciclistas. Y los dos, curiosamente, en la misma curva de Puigpunyent. El más grave fue el segundo: un ciclista que bajaba a gran velocidad perdió el control en una curva «voló» por un terraplén de unos veinte metros. La caída fue muy violenta y sufrió múltiples contusiones y heridas en todo el cuerpo. Con la llegada de la primavera, se han disparado los ciclistas que circulan por las carreteras mallorquinas.