El acusado, durante el juicio. | Alejandro Sepúlveda

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El jurado dudó poco y ha condenado a Mustapha Merzoug por el asesinato de Soledad Arenz en la casa en la que los dos vivían en la calle Aragón, de Palma. El tribunal ha rechazado la pretensión de la defensa que sostenía que cuando la apuñaló en el abdomen, el acusado no era consciente de sus actos por una combinación de alcohol y de la depresión que tenía por la mala relación con la víctima. De hecho sólo le aceptan un atenuante leve por estos motivos que se suma al de confesión que ya admitían las acusaciones. De esta manera, la Fiscalía, la acusación particular y el Govern reclaman una pena de 15 años de prisión para el acusado y que abone una indemnización de 325.000 euros a los tres hijos y al marido de la víctima.

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Los miembros del tribunal consideran probado que el 31 de marzo del año pasado el acusado llegó a su casa por la mañana y que estuvo esperando a la víctima. Ambos tenían una relación de pareja pero Soledad quería abandonarla y esa noche había salido con unos amigos. Cuando la mujer llegó a la casa, Merzoug la estaba esperando. La siguió a la habitación y, cuando ella se metió en la ducha se fue a la cocina. Cogió un cuchillo de grandes dimensiones y con él sorprendió a la víctima. La hundió el arma hasta el fondo, de manera que le atravesó el hígado. Soledad murió desangrada en cuestión de minutos. Después, el acusado limpió la sangre del baño, del dormitorio, colocó el cuerpo en la campa y también eliminó restos de sangre del cadáver y el cuchillo. Tras estos preparativos bebió un corrosivo, llamó un taxi y cuando llegó, le pidió que le llevara a la policía o al hospital. El conductor optó por la jefatura. Allí contó a los agentes lo que había ocurrido.

Tras el veredicto, la defensa solicitó que se le imponga la mínima pena posible por asesinato.