Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil frente a la vivienda donde se produjo el tiroteo.

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La presunta víctima de malos tratos de sa Pobla no tiene previsto interponer denuncia alguna por agresión o violencia de género contra su marido, Francisco, por miedo a futuras agresiones. Ésta es la principal conclusión a la que han llegado los investigadores del caso. A pesar de que son numerosos los testigos que presenciaron la violencia utilizada por su actual pareja sentimental, la mujer está atemorizada y se niega a denunciar.

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Fuentes próximas al caso apuntan que los responsables de la investigación tienen previsto imputarle, además de los delitos de intento de homicidio y atentado contra agentes de la autoridad, por iniciar el tiroteo, un tercero de violencia de género. La imputación estaría sostenida por el testimonio de varios vecinos y de un agente de la Policía Local de sa Pobla que presenció los hechos.

Los episodios de violencia verbal, amenazas y discusiones eran constantes en la vida de la pareja. La hipótesis que cobra más fuerza y con la que la defensa del acusado podría tratar de justificar el atrincheramiento y posterior tiroteo sería argumentar que Francisco sufrió algún tipo de trastorno mental.