Dos hombres de 51 y 52 años y nacionalidad española, cuya identidad corresponde a las iniciales F.M.J. y M.A.S.M., respectivamente, han sido hallados muertos hoy en el interior de una furgoneta aparcada en un descampado el barrio del Pilar de Madrid, ha indicado a Efe la Jefatura Superior de Policía.
En un principio se informó que los fallecidos eran hermanos, pero la policía ha precisado que no tienen relación familiar, y que ha sido el hermano de una de las víctimas quien ha avisado a los servicios de emergencias.
Al parecer ambos han fallecido intoxicados por la mala combustión de una estufa de butano, según Emergencias Madrid, aunque será la autopsia la que determine la causa de las muertes.
La furgoneta se encontraba en un descampado en la confluencia de la avenida Monforte de Lemos y la calle Camino de Ganapanes, donde viven varias familias, en su mayoría de origen rumano, y donde pernoctan personas sin hogar que viven de la venta de chatarra, papel y cartón, según han indicado a Efe vecinos de la zona.
Al lugar han acudido agentes del Grupo VI de Homicidios de la Policía Nacional, que han descartado se que se trate de muertes violentas, aunque será la autopsia la que determine la causa de los fallecimientos.
Según Emergencias Madrid, los cadáveres han sido encontrados a mediodía en el interior del vehículo por el hermano de una de las víctimas, que la echó en falta y acudió al lugar tras llamarla por teléfono en repetidas ocasiones sin obtener respuesta.
El servicio municipal de emergencias ha recibido el aviso a las 12.15 y los sanitarios del Samur-Protección Civil que se han trasladado al lugar han encontrado a los hombres ya fallecidos, que yacían en un colchón con una estufa de gas butano al lado.
Según ha podido saber Efe, la Policía Nacional baraja la mala combustión de la estufa o la falta de ventilación en el interior del vehículo como motivos más probables de las muertes.
Fuentes municipales han explicado a Efe que una de las víctimas era vecino del distrito de Fuencarral-El Pardo, mientras que la otra estaba empadronada en Pozuelo de Alarcón.
Los servicios sociales del Ayuntamiento tenían constancia de la situación de indigencia del primero, a quien habían ayudado recientemente a solicitar a la Comunidad de Madrid la Renta Mínima de Inserción (RMI).
Mientras esperaba la llegada de esta ayuda económica, le habían ofrecido inscribirse en la red municipal de atención a personas sin hogar, oferta que rechazó.
Vecinos de la zona han manifestado a Efe que las personas sin hogar que pernoctan habitualmente en el descampado viven de la venta de chatarra, papel y cartón y no suelen causar problemas.
«Desde que abrieron el metro (la estación de Peñagrande está a unos metros del lugar) hay más gente, pero vienen y van, no son fijos», ha contado un vecino, que se reconocía incapaz de indicar cuántas personas viven ahora mismo en el descampado o cuánto tiempo hacía de la llegada de los fallecidos.
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