Los mendigos ‘trabajan’ de lunes a domingo en los diferentes semáforos de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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«No somos integrantes de ninguna mafia. Lo único que hacemos es trabajar sin molestar a nadie para vivir y poder enviar dinero a nuestras familias en Rumania». Así se explicaba este lunes uno de los mendigos sometidos por el clan rumano que controla la mendicidad en Palma.

«No quiero fotos. Yo no hablo con Ultima Hora. Por culpa del diario ahora la gente nos da menos dinero. No quiero tener problemas con nadie, marchaos. Yo pido en la calle y nadie me obliga. Esto es mi trabajo. Otros hacen de albañiles o carpinteros y nosotros pedimos. ¿Hacemos daño a alguien?», concluye uno de los mendigos entrevistados que por razón de seguridad prefiere mantener su anonimato y ocultar su rostro.

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Durante toda la jornada de este lunes, la presencia de discapacitados que ejercen la mendicidad en los diferentes semáforos de Palma se redujo considerablemente. Del mismo modo, también disminuyeron las mujeres que piden limosna asiduamente en los supermercados.

Por su parte, el personal de seguridad de varios supermercados consultados han confirmado la existencia de mafias organizadas tras los diferentes puntos de mendicidad. «Las mujeres llegan en furgoneta nada más realizar la apertura del supermercado y las recogen unas dos horas antes del cierre».