La Audiencia acogerá el juicio por estos hechos la semana que viene. La Fiscalía le acusa por delitos de asesinato, robo e incendio. El joven, natural de Colombia y con nacionalidad española, conocía a la víctima desde que era pequeño. Acudía de forma frecuente a la planta baja donde vivía la mujer.
El procesado llamó a la puerta de su vecina a primera hora de la mañana del 23 de diciembre de 2015. Sabía que guardaba dinero en el domicilio. La mujer, de 45 años, abrió y el acusado le propinó varios golpes en la cara hasta romperle la nariz. Luego la estranguló.
El acusado registró la vivienda. Se apoderó de una cantidad indeterminada de dinero, un reloj y una pulsera, según el escrito elaborado por el ministerio público. El joven arrastró el cuerpo sin vida de la víctima hasta su dormitorio. Incendió el colchón, esparció el contenido de varias botellas de licor y abrió las llaves del gas para propagar el fuego más rápido. Sabía que en el edificio había más viviendas ocupadas. Una de ellas por sus abuelos y un tío. El cuerpo de la víctima se carbonizó de forma parcial. El colchón, algunas piezas de ropa y el somier quedaron calcinados. El fuego no se propagó más. Las puertas y ventanas estaban cerradas. Los desperfectos producidos no se han valorado, pero son superiores a 400 euros y han sido abonados por la compañía aseguradora.
Una huella encontrada en el escenario del crimen precipitó su detención en Nochebuena. Los agentes del Grupo de Homicidios, cuando lo arrestaron, repararon en que presentaba heridas en los nudillos de uno de sus puños y sangre en su ropa. No supo explicar el origen de aquellas manchas. El joven, de 24 años, cuenta con antecedentes.
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