Los seis acusados, en el juicio en la Audiencia Provincial. | Guillermo Esteban

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Un gimnasio de Magaluf era el centro de operaciones. Allí se cocía todo. Elaboraban y vendían sustancias anabolizantes, entre 2015 y 2016. Los seis acusados, cinco hombres y una mujer, aceptaron este miércoles en la Audiencia Provincial penas que suman siete años y cinco meses de cárcel por delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal. Los procesados asumieron también multas de más de 2.000 euros.

Un tribunal de la Sección Segunda les impuso la inhabilitación, durante medio año, para el ejercicio de cualquier profesión u oficio relativo al entrenamiento personal y al comercio de sustancias o productos alimenticios relacionados con el deporte.

El principal acusado fue condenado a dos años de cárcel. Los otros cuatro se conformaron con un año y tres meses cada uno y la pareja del cabecilla admitió cinco meses de prisión. La Sala acordó la suspensión de la pena de cárcel por cuatro años excepto para el líder del grupo, que se pospone a la ejecución de la sentencia. Los enjuiciados reconocieron que desde junio de 2015 hasta principios de 2016 se dedicaron a la elaboración y venta a terceros de medicamentos y sustancias anabolizantes destinadas al incremento de las capacidades físicas. Su comercialización está controlada o no autorizada en España.

Los seis encausados utilizaban máquinas destinadas a la producción de anabolizantes. Luego las vendían aprovechando que son reconocidos entrenadores personales y que uno de ellos era el propietario de un gimnasio de Magaluf. También comercializaban los fármacos a través de un establecimiento dedicado a la venta de preparados para la mejora de las capacidades físicas que gestionaba uno de los implicados. Uno de los acusados, que trabajaba en una imprenta de Santa Ponça, imprimía las etiquetas de los anabolizantes y después eran introducidos en el mercado. Imitaba logos e imágenes de los medicamentos originales. La Policía Nacional registró los domicilios de los encausados y encontró numerosas sustancias, jeringuillas y medicamentos. Al cabecilla, además, le intervinieron dos puños americanos.