Uno de los detenidos por la estafa inmobiliaria. | Pere Bota

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El promotor fugado Carlos García Roldán y el propietario de Mallorca Investment, Michele Pilato, se aliaron con el constructor José Antonio Mir para cometer la mayor estafa inmobiliaria de la historia de Balears. La juez titular de Instrucción número 5 de Palma ordenó el ingreso en prisión de Pilato y Mir el viernes por la noche.

Están acusados de un rosario de presuntos delitos: estafa agravada, blanqueo de capitales, alzamiento de bienes, falsificación de documento privado y pertenencia a grupo criminal. Los cabecillas de la trama lograron vender 17 promociones inmobiliarias fantasma en Mallorca. Inexistentes. Ficticias. Irreales. Han engañado, supuestamente, a 200 personas y se han apropiado de entre 4 y 7 millones de euros.

Los cerebros de la trama ingresaron el dinero en diferentes cuentas bancarias. Una de ellas estaba a nombre de una peluquería en Tarragona. La propietaria del establecimiento fue detenida por la Guardia Civil y quedó en libertad tras ser interrogada.

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Tridente

Carlos García Roldán, el propietario de Mallorca Investment, Michele Pilato, y el constructor José Antonio Mir, contratado por el promotor, formaban parte de una organización que se ha dedicado a suscribir contratos de reserva y compraventa de viviendas de promociones inexistentes. No eran propietarios de los terrenos en los que se iba a construir.

García Roldán era quien realizaba los contratos con los compradores de los inmuebles sobre planos. Pilato se encargaba de publicitar las promociones a construir a través de la web y de su inmobiliaria. Así conseguían que los clientes les entregaran las cantidades por las futuras casas que jamás pensaron en construir.

En la trama participaba también Mir. Su papel en la presunta organización criminal era intervenir en las reuniones con los clientes para ofrecerles su visión sobre las obras que se podían realizar en las viviendas que adquirían sobre planos.