El denunciante muestra la bolsa de maíz y la moneda de 5 céntimos. | Julio Bastida

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Un vecino de Palma ha interpuesto una denuncia en Consumo porque un supermercado le vendió una bolsa de maíz con una moneda de cinco céntimos en su interior.

«Mi madre me pidió que fuera a comprarle unos botes de leche. La verdad es que no me apetecía mucho y envié a mi hijo pequeño. A cambio se compró un helado y una bolsa de maíz frito. Cuando íbamos en el coche, le pedí que me diera unos cuantos. En un momento dado estaba masticando cuando noté un fuerte dolor. Resulta que había mordido una moneda de cinco céntimos», apunta David.

Nuestro protagonista no daba crédito a lo que estaba presenciando, detuvo el coche y llamó por teléfono al número de atención al cliente del supermercado. Durante unos días, los responsables de calidad se pusieron en contacto con él y le dieron todo tipo de explicaciones. «Me comentaron que no entendían lo que podía haber pasado porque la planta de fabricación está mecanizada y dispone de sistemas de scaner para detectar posibles anomalías.

Además, una vez superados dicho proceso mecánico finaliza con un control de supervisión humano», afirma David.

Tras interponer una denuncia en el departamento de Consumo del Govern balear, el afectado mostró su indignación porque el fabricante le animó a que fuera al supermercado para entregar la bolsa y la moneda de cinco céntimos para iniciar una investigación. «Lo peor de esta situación es que he tenido que ir al dentista. Resulta que al masticar la moneda, de forma accidental, me rompí un diente. Espero que mi testimonio sirva para que la gente vaya con cuidado y el Govern tome medidas», concluye David.