Según ha informado el cuerpo policial en un comunicado, cuando las personas interesadas contactaban con los supuestos arrendadores, éstos concertaban una cita en el piso que iban a alquilar «para dar más credibilidad» a la operación que se iba a efectuar.
Los autores --con antecedentes por hechos similares-- disponían de las llaves de algunos inmuebles ya que la pareja sentimental se encargaba de su limpieza, y así «se ganaban la confianza de la víctima», a quien solicitaban diversas cantidades de dinero en concepto de fianza de entre 1.000 y 1.500 euros.
Cuando se disponían a entrar en la vivienda, las víctimas comprobaban que se trataba de una estafa y, según la Policía, en este tipo de hechos los estafadores se aprovechan de la necesidad de vivienda que hay en la Isla, «llegando a presionar a las víctimas para que procedan a realizar los pagos».
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