Según se desprende de las primeras pesquisas policiales, todo hace pensar que la víctima conocía a su agresor. La puerta de la vivienda, situada en el número 2 de la calle Albufera de sa Pobla, no estaba forzada. Los agentes responsables del caso se encuentran a la espera de poder tomar declaración a la víctima que se encuentra en coma en el hospital de Son Espases. Su estado es grave, pero no se teme por su vida. De su declaración, los agentes esperan poder identificar al presunto autor de la brutal agresión.
Las primeras hipótesis apuntaban a un posible intento de suicidio, pero más tarde se descartó esa opción. Los agentes interrogaron a su compañero sentimental, que no se encontraba en la vivienda, y a otros testigos. Las líneas de investigación apuntan ahora en dos direcciones. Una de ellas, que se tratara de un intento de homicidio de connotaciones de índole amorosas debido al ensañamiento sometido sobre el cuerpo de la vícima.
También se investiga los problemas que presentaba el agredido con algunas adicciones y posibles compañías que frecuentaba.
Álvaro R. V. recibió, al menos, cuatro martillazos en la cabeza, que lo dejaron muy grave. El acceso al piso fue precintado y los agentes se entrevistaron con los vecinos y testigos.
La Unidad de Criminalística de la Benemérita trabajó a destajo durante varias horas para tratar de localizar las huellas del agresor.
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